El entrenador palentino Luis Ángel Caballero ha dedicado más de la mitad de su vida a entrenar atletas, primero una década mientras enseñaba en la escuela de Barruelo de Santullán y después, durante los últimos 40 años, en la capital, donde de su mano han ido apareciendo atletas de la talla de Conchi Paredes (desgraciadamente fallecida el pasado año) o, ya más cercano en el tiempo, un medallista internacional como Óscar Husillos, por citar a los dos más llamativos a los que ha entrenado en el Puentecillas.
En los años 70 en Barruelo enseñó 10 cursos en el colegio (mientras competía como atleta), con algunos destacados resultados escolares, como los títulos de «Enrique Revilla, campeón de España juvenil de triple en mi segundo año allí, y al año siguiente en júnior», recuerda. En el 80 se trasladó a Palencia, donde «a través de Gerardo Cisneros empecé a entrenar en el Puentecillas, que se acababa de crear». Aunque siempre ha sido profesor de Electricidad, entonces en el Instituto Virgen de la Calle, también impartía alguna clase de Educación Física, de donde salieron sus primeros atletas en el club: «a los que destacaban en clase los animaba a participar».
Un año más tarde empezaría a rodar la escuela dentro del club, la que tantas alegrías ha generado al deporte palentino, especialmente en los últimos años. En esos comienzos «salió la primera promoción de chicas, con Conchi Paredes, Sonia Pérez, Pilar Paredes... Eran las primeras chicas que entrenaba, porque en Barruelo eran todo chicos. En ese inicio del club había buenas fondistas, pero también buenas atletas de los diferentes concursos».
Un grupo de atletas del Virgen de la Calle, de los primeros años del PuentecillasSi en los últimos años ha brillado la generación de 2002 (hoy atletas júnior), ya hubo otra de alto nivel, a mediados de los 90, con su hijo Luis Ángel, «Rubén Delgado, Ricardo Antolín... Era un muy buen equipo júnior. Participaron dos años en las ligas nacionales y en una de ellas, que ganó el Larios, el mejor club de entonces, fueron quintos».
RECUERDOS. En una trayectoria tan dilatada son numerosos los recuerdos y anécdotas, como tantos entrenamientos en el Sotillo o Las Huertas del Obispo, o el año que arreglaron las pistas del Campo de la Juventud y entrenaron en la de ceniza del Seminario, que incluso llegó a albergar el trofeo Virgen de la Calle.
O numerosos viajes a Madrid, con la pértiga en el coche, para entrenar con Vanessa Ríos, «porque entonces era el único módulo que había en España».
Destaca como talentos que ha entrenado, a Conchi Paredes; y a Rubén Delgado, «uno de los que mejores facultades tenían. Sin olvidar a los últimos velocistas». Ha entrenado a Luis Wee, Rubén Fernández, Diego Alonso y Óscar Husillos.
ALEGRÍAS. Destaca «los triunfos de equipo. En los últimos años los cadetes han sido campeones de España de pista cubierta masculinos y femeninos. En júnior este año teníamos un gran equipo, el año pasado fuimos cuartos y este creo que optábamos a medalla, aunque no creo que se llegue a disputar».
Por detrás, mucho sacrificio, con la familia involucrada (sus hijos Francisco yElena son entrenadores nacionales), porque para «lograr algo hay que meter muchas horas, sino es imposible». Pero, sobre todo, pasión por el atletismo, «un deporte variado, de una forma u otra, todos pueden practicarlo, todos caben. Y no hace falta destacar, basta con participar», concluye.