El poder tractor y transformador de la economía circular sitúa a Castilla y León en una posición privilegiada para aprovechar las oportunidades de presente y de futuro que emanan de aunar bajo un mismo paraguas uno de los elementos fundacionales de la sociedad castellano y leonesa como es la agricultura y la ganadería con un sector llamado a ser esencial como es el biogás y el biometano. Una suerte de «círculo perfecto donde todo encaja», como lo define el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, que se erige como un tren de futuro al que Castilla y León quiere, y debe, subirse para exprimir todo el potencial que la Comunidad tiene en este campo.?Los beneficios de esta unión van desde avanzar en la soberanía energética, hasta generar un valor añadido al sector primario, pasando por evitar más emisiones de CO2, o el consiguiente desarrollo de entornos rurales de Castilla y León.
«La generación de biometano representa una alternativa de modelo circular que nos brinda una oportunidad de abordar la transición hacia una matriz energética más sostenible», reconoció Suárez-Quiñones durante una jornada divulgativa del Grupo Promecal, acompañado por un plantel de expertos en la materia: Luis Puchades, presidente de la Asociación Española de Biogás (AEBIG); Alberto Pascual Muñoz, ganadero de porcino y CEO de Kerbest; José Manuel Jiménez, director general de Infraestructuras y Sostenibilidad Ambiental de la Junta de Castilla y León; y Javier Díaz, presidente de la Asociación Española de la Biomasa (AVEBIOM).
La simbiosis entre agroganadería y generación de biogás y biometano está clara. Los estiércoles, purines, gallinaza, y todo tipo de subproductos agrícolas se transforman en plantas de última tecnología en biogás, y luego se depura y enriquece como biometano. Un proceso que evita la liberación de gases de efecto invernadero y genera una energía renovable, fácil de transportar, y con usos domésticos e industriales. «Desde la Junta llevamos años trabajando en la biometanización», apunta el consejero, que insiste que Castilla y León tiene una «posición privilegiada» en este ámbito.
70 proyectos y 1.500 millones
Como muestra, dice, están los más de 70 proyectos que su departamento está tramitando en la actualidad con una inversión estimada de 1.500 millones de euros. Y es que, según los cálculos de la Consejería, la Comunidad tiene potencial para asumir el 23% de la producción nacional de biometano. Una postura que comparten, desde sus diferentes ópticas, el plantel de cuatro expertos, que no dudan en reflejar las oportunidades, retos, y desafíos a los que se enfrenta el biometano en Castilla y León. Ninguno oculta que otros países de Europa van más adelantados en esta materia, pero todos confían en el «prometedor futuro» del sector en la Comunidad.
Desde la parte empresarial, Luis Puchades, presidente de la Asociación Española de Biogás, aplaude la postura del Ejecutivo autonómico y señala que la colaboración público-privada es «muy positiva» y y le imprime un «marchamo de calidad». Tanto el consejero como su director general de Infraestructuras, José Manuel Jiménez, avalan esa unión y lo apoyan en la declaración de proyecto de interés regional de estas plantas para agilizar su tramitación:«Esto permite que los alcaldes cedan a la Junta su tramitación, les quitamos presión y damos respaldo real y administrativo a los proyectos».
Vinculación con el campo
La privilegiada posición de Castilla y León en el desarrollo de plantas de biogás y biometano pasa por aprovechar sus sinergias con el sector agroganadero. Los residuos de unos se convierten en energía renovable, tanto para autoconsumo de las propias explotaciones, como para generar valor añadido y dar a las zonas rurales una oportunidad de futuro. «El sector agrario y ganadero ha visto que es un camino que les interesa», apunta Javier Díaz, presidente de la Asociación Española de Biomasa y una de las voces autorizadas del sector de las renovables.
«Cuando hablamos del biogás, hablamos de esa posibilidad de ordenar los residuos, de generar valor añadido, y de aprovechamiento energético», añade Alberto Pascual Muñoz, ganadero y CEO de Kerbest. «¿Queremos tener una industria agro potente?», se pregunta Luis Puchades antes de señalar que son proyectos que «diversifican los ingresos» del sector, donde Castilla y León tiene un «gran potencial»:«El éxito de estos primeros proyectos de biometano es la principal herramienta para que el sector triunfe».
El reto social del sector
Junta y expertos coinciden en las enormes posibilidades que tiene la Comunidad en el desarrollo del biogás y biometano, pero también sobre el riesgo de la desinformación en torno al sector y el reto de explicar a la sociedad que son proyectos que «benefician a todos». Todos rechazan de plano la imagen negativa para el medio ambiente que se transmite desde ciertas «visiones urbanitas», e insisten en la importancia de hacer pedagogía. «En Alemania hay 10.000 plantas de biogás, y aquí tenemos que tener la inteligencia de hacer un trabajo social en el territorio para evitar el rechazo», insta Suárez-Quiñones, que garantiza el apoyo de la Junta:«Contad con nosotros». Una realidad ante la que Luis Puchades avisa del «riesgo real» de que todo el avance industrial, energético y laboral de este sector se pierda «por injustos ataques».
Críticas que Alberto Pascual vincula con el «desconocimiento» y apuesta por que empresas y administraciones hagan un «trabajo previo» en los pueblos antes de instalarse. «Es muy preocupante el movimiento en contra», concluye Javier Díaz, que pide al sector «mantener el pulso» cuando se trata de proyectos «viables, sólidos y solventes».
Combatir con «datos y ciencia» la 'presión de bar' a los alcaldes
Todos los expertos coincidieron en la necesidad de que las administraciones públicas protejan a los alcaldes de los municipios donde se quieren instalar plantas de biogás y biometano de lo que denominaron como «presión del bar del pueblo». «En eso sí que queremos trabajar para que los alcaldes no tengan esa presión por tramitar y asumir estos proyectos, y será la Junta de Castilla y León la que los lidere», confirmó José Manuel Jiménez, director general de Infraestructuras de la Junta. Una iniciativa que Luis Puchades confió en que «se pueda repetir en otras comunidades» para que sea la administración autonómica la que «tenga el peso y la fuerza en la tramitación».
También hubo unanimidad en la importancia de combatir «con datos y ciencia» las «desinformaciones» que rodean al sector, y trasladar a los municipios las «sinergias» que se pueden ganar. «Para que el pueblo siga tiene que haber desarrollo económico», apuntó Alberto Pascual, defensor de la necesidad de «transmitir confianza, comunicar y cooperar» con los municipios para construir un «coodesarrollo territorial» entre zonas rurales y el sector del biogás y biometano.
La importancia de la agilidad en la tramitación burocrática
Los dos representantes de la administración autonómica, tanto el consejero de Medio Ambiente como el director general de Infraestructuras, pusieron en valor que la tramitación de estos proyectos de biogás y biometano en Castilla y León se resuelven en «6, 7 u 8 meses» frente a los «dos años» de otras comunidades. «Es fundamental la rapidez», sentencia Javier Díaz, que advierte que el capital «llega un momento que si los proyectos no se agilizan, se va». En esta línea, Alberto Pascual pide a las administraciones públicas «estar a la altura» y dar «agilidad» a la tramitación: «Me agrada que se usen como proyectos de interés regional, pero tenemos muchos trámites más en los que avanzar». Un guante que recogieron Suárez-Quiñones y Jiménez.