Y a los107 años va y se marca un chotis con su hijo Carlos, acompañada de una pareja de chulapos, a ritmo de acordeón y como si se encontrara en Madrid celebrando un 15 de agosto la verbena de La Paloma en las Vistillas. Así es Teresa Caballero, natural de Dueñas y desde 1992 vecina de Palencia. Con un escueto «bueno», responde a la pregunta de si está contenta el día de su cumpleaños la mujer más longeva de Palencia rodeada de su inmensa familia, compuesta por tres de sus cuatro hijos -la mayor de ellos falleció- diez nietos, ocho biznietos y dos tataranietos.
Tras una misa ayer en su honor, la residencia Doña Sol viste sus mejores galas para homenajear como se merece a Teresa «una mujer muy cariñosa, tranquila y fuerte que rebosa salud y supone un regalo para todos los que están a diario con ella», tal y como la define Nuria Pérez, psicóloga del centro residencial. «Para su edad no tiene tratamientos médicos inversivos y la verdad, aunque pueda tener algún día cierta desorientación, su salud es perfecta. Camina acompañada del brazo para evitar riesgos y necesita apoyo en el aseo, pero su estado en general es increíble », manifiesta.
La dulzura de Teresa es clave para que el resto de residentes la adoren y estén pendientes de ella en todo momento. Ayer fue un día de emociones y no lo solo recibió una medalla de la Virgen del Carmen -de la que es devota- si no también una placa con el siguiente texto: « A nuestra querida Teresa Caballero, la mujer más longeva de Palencia. La vida no cuenta los pasos que das, si no los pasos que van dejando. Feliz 107 cumpleaños, Tere». Fina Santos, que ha pasado nueve años junto a Teresa dirigiendo la residencia Doña Sol, no escatima elogios hacia ella. «Es adorable y una persona muy querida aquí al transmitir bondad por todas partes», enfatiza
Gran familia. Félix, uno de los hijos de Teresa presente en el cumpleaños junto a un hermano y una hermana, señala que «cuesta mucho echar de la cuenta» de los descendientes que forman una gran familia en torno a su madre.
Teresa, que toma el nombre de su longeva madre, indica que «no se puede pedir más, solo alguna vez se la va la memoria y está claro que a los 107 años no llega cualquiera», y añade que el cumpleaños la ha «emocionado mucho» desde que la cantaron por la mañana en el comedor el cumpleaños feliz. «Se ha dedicado a las labores de y a cuidarnos a nosotros y ayudar a las personas que lo necesitaban, con una vida cómoda», asegura.
El secreto para que Teresa alcance a los 107 años lo revela Fina, directora de la residencia. «Se toma casi un litro diario de colacao bien disuelto en leche y se le echa una yema de huevo como principal alimento», concluye.