Carlos Núñez se sube hoy a la tarima del Teatro Principal, en el que será el segundo concierto de su gira internacional. El músico gaitero presenta su úlitmo trabajo, Celtic Sea, una recopilación de obras célticas que nace con el objetivo de ser el himno de la compañía marítima Brittany Ferries. De este modo, los viajeros de sus barcos escucharán a partir de ahora músicas tradicionales de Castilla y León en cada uno de sus viajes a bordo.
Presenta hoy su último disco, Celtic Sea. ¿Qué ha querido transmitir en él?
Es un disco muy especial porque es un viaje a bordo de los barcos que cruzan el Atlántico. Brittany Ferries me pidió hacer un himno para celebrar sus 50 años. Nos fuimos calentando y acabó siendo una sinfonía, la cual viaja por todos los países a los que la compañía llega con sus barcos. También me pidieron ir un poco más allá, y no solo incluir referencias a la costa de España, sino hacer también un guiño al interior. Por eso, incluimos en el trabajo músicas de Castilla y León, que yo siempre he defendido que pueden formar parte de la música celta. Más de tres millones de pasajeros al año van a escuchar esas canciones.
Para la elaboración de este disco ha colaborado con la compañía marítima Brittany Ferries, que celebra este año su 50 aniversario. ¿Hace esta efeméride que el trabajo haya sido más especial?
Sin duda. Conocimos el año pasado a la compañía porque nos invitaron a Bretaña a hacer el concierto de sus 50 años. Se me acercó el CEO de la entidad, Cristophe Mathieu, y me propuso la idea del himno. Empezamos a hablar mucho y tuvimos la idea de incluir músicas de todos los destinos a los que iban sus barcos, que casualmente son los destinos celtas: Gales, Bretaña o el norte de España, entre otros.
La sinfonía representa el viaje intercéltico que hemos hecho por todos esos puertos. Ha sido un año de proceso, en el que estoy muy orgulloso de haber incluido a la música del interior. De esta manera, la exportamos y la damos a conocer al resto del mundo.
¿De dónde viene su interés por defender la música tradicional?
Comencé primero tocando la flauta y de ahí pasé a la gaita cuando tenia ocho años. Enseguida me enamoré de la música celta porque me encantaba la idea de tocar junto a gente que hablaba en otro idioma. Desde los 13 años quería viajar por los festivales célticos.
La música tradicional es la base de la que bebe la música celta. Hacemos músicas actuales, pero inspiradas en esas tradiciones. En España, las tradiciones siguen estando vivas. El concierto de Palencia celebrará todo eso, incluso invitaremos a gente de allí para que nos acompañe en el escenario.
¿El concierto en Palencia es el inicio de la gira?
Prácticamente. Es el segundo concierto de la gira, que arranca en Castilla y León. A continuación, iremos a ciudades más grandes como Barcelona y Madrid y, por último, a la catedral de Dublín, en Irlanda, y al Royal Concert Hall de Glasgow, en Escocia.
¿Qué rasgos diferenciaría de la músicas castellanas y leones?
Son músicas que llevan un ADN especial. Son series y épicas. Eso es lo que a mí me transmite. Tienen la fuerza de la montaña, y así lo hemos reflejado.
¿Cómo de influyente es las música en el desarrollo histórico de una región?
La música nos retrata y nos define cómo somos. Es curioso que haya países que han querido guardar sus tradiciones y otros que se han dejado llevar por la economía. En ellos, la prioridad ha sido el dinero, y han perdido su magia.
España no ha querido perder las tradiciones. Es un país guardián de ese tesoro. Puede que no haya tantas industrias, pero, a cambio, hay mucha magia y músicas increíbles.
Otra cosa que nos define mucho es la sabiduría de mezclar. Siempre se nos ha dado bien. Las músicas tradicionales son mezclas, ya sea con el Mediterráneo, el Atlántico, las músicas latinoamericanas, la música celta, etc. Somos el resultado de todo eso.
Si tuviera que encasillarse en un género, ¿en cuál lo haría?
Me gusta el género de la música celta porque me permite viajar en el espacio, que es lo que ocurre con Celtic Sea. Me gusta la filosofía de este género, ya que siempre está trabajando para conectar las tradiciones y las personas con el objetivo de hacer una familia musical.
Por otro lado, es un género que me permite también viajar en el tiempo, ya que lleva en activo miles de años. Estaba ya presente en la época de los bardos, con las liras; después se interpetaba con las arpas, las gaitas atlánticas, etc. Esta música se ha podido hacer con todo tipo de instrumentos que existen en nuestra tradición.
Puedes viajar en el tiempo con esta música. Puedes enfocarte en hacer música celta más actual, con los instrumentos electrónicos de hoy en día; música perteneciente a los años 70, con más influencias del rock; como la hacía Beethoven, que la trabajaba con el piano, el violenchelo o el violin; puedes viajar a la Edad Media, etc.
Es un género que te permite hacer un viaje apasionante, es muy especial. Además, me ha permitido siempre mantener un diálogo entre las músicas más populares y las más cultas. Trabajamos tanto con musicos clásicos como con gente de la música electrónica que trabaja con las últimas tendencias.
¿Cree que el hecho de ser gaitero y salirse de lo convencional en la industria musical le ha dificultado su crecimiento profesional?
Sin duda. Ser gaitero hace que no estés en el top que demanda la industria. Si ya de por sí es difícil destacar siendo instrumentista, imagínate siendo gaitero.
No obstante, pienso que las dificultades te hacen más fuerte y te enseñan a sonreír para compensar lo malo. Una dificultad alienta a su vez una facultad.
Estoy muy orgulloso porque, a pesar de todo, hemos conseguido agrupar a un público internacional y fiel, que llena los teatros en aquellos países en los que actuamos.