La intención de este artículo es seguir gritando a los cuatro vientos la importancia y la belleza de los orígenes, los usos y las costumbres, por ello, ya que sale a colación, se empezará por hablar de instrumentos de viento de la tradición castellana y, más en concreto de la palentina.
¿Cómo se podría describir el sonido que emite una dulzaina? Peculiar, diferente y simplemente inconfundible. Ese es el sonido que se oye en nuestras tierras en los días de fiesta, cuando se danza al Santo o a la Virgen o cuando se realizan las dianas tan famosas en algunos pueblos de la provincia.
La dulzaina es un instrumento de viento de lengüeta doble que pertenece a la familia del oboe. Tiene un tubo cónico de madera de aproximadamente 30 centímetros de longitud en el que hay seis u ocho orificios de digitación y de uno a cuatro resonantes en la campana. La caña no debe tocarse con los dientes, éstos estarán forrados por los labios, lo que se diferencia de otros instrumentos como el clarinete en que sí se puede picar con la lengua sobre la caña. Una de las características de los dulzaineros es que tienen que poseer gran potencia pues para hacer sonar el instrumento se debe soplar con fuerza. Hay diferentes tipos de pitos castellanos, algunos sin llaves y otros con la misma digitación que la dulzaina.
El pito castellano es un instrumento de viento de la familia de las flautas caracterizado por su sonido agudo, de ahí la famosa expresión que se emplea cuando alguien tiene la voz chillona y se le dice que tiene «voz de pito».
La flauta de tres agujeros, que se toca con una sola mano para dejar la otra libre para tocar el tamboril, sigue siendo empleada, aunque es cierto que en Palencia se ha ido sustituyendo por la dulzaina en la mayoría de los casos.
Otro de los instrumentos tradicionales de viento que se utilizan es un instrumento pastoril de origen humilde, las flautas de ala de buitre, instrumentos artesanos que se hacen principalmente con el hueso cúbito de las alas de los buitres.
Y, a pesar de lo que comúnmente se cree, no hace falta irse a Asturias o Galicia para oír una gaita, en una de las fotos podemos ver una gaita zamorana, ya que en Castilla también se tocaba este instrumento. Gracias a grabados y pinturas se puede observar que se trata de un instrumento que ya se empleaba en épocas de la antigüedad y que tiene muy diferentes tipologías.
Sonido peculiar y no para todos los gustos el que emite el rabel. Es similar al violín en su ejecución y es empleado por muchos de los grupos folk de la actualidad y es muy característico. Está formado por un número de cuerdas que puede variar entre una y cinco. Se toca frotando las cuerdas con un arco mientras el instrumento se apoya en el hombro, el pecho o en el costado para tocarlo de pie, aunque también se puede apoyar sobre una pierna o sujetar entre las dos piernas para tocarlo sentado.
Se dice que fue introducido en la península ibérica por los árabes y que las épocas donde alcanzó su mayor nivel de popularidad fueron la Edad Media y el Renacimiento.
Este instrumento es muy utilizado para los «bailes a lo ligero» o «titos», muy conocidos en la zona de la Montaña Palentina.
En otra de las fotos se puede ver un acordeón diatónico. Técnicamente, este acordeón tiene la singularidad de emitir sólo los sonidos propios de la escala en la que ha sido afinado. Es empleado para música folk y tradicional. Tiene la peculiaridad respecto al acordeón cromático, que es un instrumento unisonoro, de ser un instrumento bisonórico, lo que significa que cada botón toca dos notas separadas, dependiendo de si se presiona o tira del fuelle.
Hay muchos grupos folk que utilizan toda esta clase de instrumentos, entre otros podemos nombrar al grupo palentino Carrión Folk, que está haciendo un magnífico trabajo en su divulgación de la música tradicional. Es un grupo de base familiar que ha ido creciendo con otros muchos miembros que son parte ya de la familia Abad y que enriquecen su buen hacer. Hay otros grupos maravillosos en la provincia, pero, como siempre, sería imposible nombrar a todos por lo que se deja la puerta abierta a la investigación y seguimiento de los mismos.
La zanfona es un instrumento musical de cuerda parecido a una viola, en el que varias cuerdas vibran por la fricción de una rueda. Se toca haciendo girar una rueda con una manivela y pulsando simultáneamente las cuerdas por medio de un pequeño teclado.
Al igual que en el caso de los instrumentos de percusión se ha seleccionado algunos de ellos por ser más populares y otros por no ser tan conocidos, pero aún quedan muchos más que se podría reseñar como la bandurria, el laúd, la guitarra o el arpa entre otros, y otros con nombres no oídos comúnmente, y para conocerlos se extiende una invitación a visitar Urueña donde la Fundación Joaquín Díaz tiene un museo fantástico de instrumentos. Es de admirar la gran labor que están realizando desde la misma consiguiendo información y compartiéndola con el mundo. Se trata de una entidad cultural privada, sin ánimo de lucro, cuyo fin principal es contribuir a la valoración y difusión del patrimonio legado por la tradición.
Así mismo los propios medios de transmisión de la música han sufrido una transformación brutal. En un principio sólo existía la vía oral, pues no había medios de reproducción de sonido. Las letras de las canciones pasaban de una generación a otra a través del canto y, posteriormente en algunas ocasiones se fueron encontrando ya algunas escritas.
Ya más avanzados en el tiempo se ha podido disfrutar de un gramófono, más tarde de una radio, un magnetófono … nada que ver con abrir el Spotify y buscar sin problema la canción que más se escuche en el momento.
Y llegando en estas horas, llega la hora del adiós como cantaban entonces. «Allá va la despedida metida en una avellana que ya no cantamos más porque no nos da la gana».+
* Beatriz Esteban Alonso es presidenta de la Agrupación Folklórica Reino de Castilla