Ayer arrancamos la penúltima hoja del calendario, lo que significa que ya estamos en diciembre, mes de tradiciones y costumbres navideñas. Es tiempo de colocar el nacimiento, iluminar las calles de las principales localidades de la provincia de forma original (en algunos casos, esta decoración llega acompañada de música) y de apostar por el sorteo extraordinario de Lotería Nacional, que se celebra, como es habitual, el 22 de diciembre. Los palentinos son de los españoles que más dinero juegan en esta señalada fecha.
El año pasado se vendieron 1.026.855 décimos en Palencia y Loterías y Apuestas del Estado (Selae) consignó inicialmente para este año 1.148.340 boletos, más de siete por palentino. En comparación con el resto de España, es una cifra muy alta (solo se reservan más décimos para los sorianos), lo que deja entrever la confianza y la pasión de los vecinos de Palencia por este evento. Además, al tratarse del sorteo más importante del año (que empieza a venderse en julio), supone una gran fuente de ingresos para los loteros de toda la provincia.
Al día siguiente, varias páginas de este periódico informarán del resultado del sorteo y, si la diosa fortuna así lo decide, aparecerán fotografías de personas brindando con champán y textos recogiendo su felicidad. Pero en esas imágenes, como mucho, aparecerán cinco o seis palentinos o, a lo sumo, uno o dos grupos numerosos, según lo repartidos que hayan estado los trece premios mayores (primero, segundo, tercero, dos cuartos y ocho quintos).
Es decir, las probabilidades de ganar son muy reducidas, de ahí que sea fundamental jugar con absoluta responsabilidad, para no perder una cantidad desorbitada de dinero ni poner en riesgo la economía personal. Esta capacidad no se puede limitar a una cifra exacta, ya que cada palentino es un mundo, pero todos los participantes deben apostar con cabeza y, además, como marca la ley vigente. De esta manera, es posible disfrutar de la magia de un sorteo que se retransmite en directo por televisión desde antes de que las bolas con todos los números y premios se vuelquen en sus respectivas tolvas.
De hecho, Selae también aboga por un juego responsable (el cartel de prohibido jugar a menores de 18 años se ve claramente en las administraciones) y ofrece sus consejos para prevenir la ludopatía, una enfermedad muy grave. Conviene reflexionar dos y tres veces antes de apostar. Hay que saber lo que se hace y, si hay problemas, pedir ayuda. Oír cantar números a los niños de San Ildefonso debe ser motivo de alegría y nunca convertirse en un problema. Y esto aplica a todo el sector del juego.