El aumento en la productividad de las empresas y el buen comportamiento de las exportaciones, en especial del motor, situarán a Castilla y León como la comunidad que registrará un mayor avance del PIB per cápita entre 2019 y 2025. Todo ello impulsado por un avance del Producto Interior Bruto este año del dos por ciento y la creación en este ejercicio y el próximo de 27.000 puestos de trabajo. Estas son las principales conclusiones del informe 'Situación Castilla y León 2024' de BBVA Research, presentado ayer en Valladolid por el economista jefe de BBVA Research para España, Miguel Cardoso, y la directora territorial Noroeste de BBVA, Guadalupe Hernández. El documento avisa igualmente de una ralentización del crecimiento económico en 2025 en la Comunidad, con un avance del 1,8 por ciento. No obstante, el mercado laboral autonómico registrará una tasa de paro del 8,3% gracias a la creación de 13.500 empleos, de media, cada año.
Y es que, pese al frenazo de las grandes potencias europeas, desde BBVA Research explicaron que la economía de Castilla y León se encuentra en una situación «sólida» y la creación de empleo se «vuelve a acelerar». Cardoso explicó a renglón seguido que mientras que en España son las regiones más turísticas las que estarían liderando el aumento de la afiliación en lo que va del primer trimestre de 2024, en Castilla y León el avance se sitúa sólo ligeramente por debajo de la media.
Entre los factores que justifican el positivo avance de la economía autonómica, Cardoso detalló algunos como el buen comportamiento de las exportaciones –en especial de la industria–; el repunte en la inversión; el incremento en el gasto –particularmente, en servicios relacionados con turismo, ocio y alojamiento–; y el incremento de la población extranjera que facilita la creación de puestos de trabajo.
En cualquier caso, el economista jefe para España de BBVA Research, advirtió que hay algunos factores de incertidumbre como la escasez de mano de obra nacional, que provocarán un aumento de la automatización de algunos sectores como el campo y la construcción. «Todo esto se une a un contexto en el que el envejecimiento de la población está reduciendo la disponibilidad de trabajadores en edad de trabajar, junto con la disminución que se viene produciendo en la tasa de participación de los españoles entre 35 y 54 años. La inmigración podría no compensar totalmente la atonía del mercado laboral nacional». También consideró necesario avanzar en un proceso de consolidación de las cuentas autonómicas al mismo tiempo que se garantiza la provisión de servicios públicos.