Julia Navarro

ESCAÑO CERO

Julia Navarro

Periodista y escritora


Felipe

10/11/2023

Tarde noche del infausto ocho de noviembre: casi en el mismo momento en que Santos Cerdán cerraba con Carles Puigdemont el acuerdo, a mi juicio vergonzoso, para aprobar una ley amnistía, a través de su Fundación, Felipe González difundió un vídeo explicando su opinión sobre la situación política resultante del pacto entre Pedro Sánchez y Junts y Esquerra.
En el vídeo el expresidente hace una serie de reflexiones con las que muchos ciudadanos nos sentimos identificados, porque al oírle sentimos que su voz es la nuestra. ¿Por qué lo ha hecho? Pues en mi opinión porque el expresidente siente que aún tiene un cierto grado de responsabilidad con nuestro país y sus ciudadanos y, por tanto, no puede permanecer callado ante lo que está sucediendo y más porque es el secretario general de su partido y, su partido mismo, los protagonistas de una decisión que tendrá consecuencias indeseables.
Les diré que al verle y escucharle pensé que estaba triste y que además le dolía la incomprensión de buena parte de su partido hacia él.
Pero yendo al meollo, lo primero que hizo en su alocución fue hacer un llamamiento contra los actos violentos que se vienen sucediendo estos últimos días en Madrid. Una condena sin paliativos y alertando contra la polarización que socava la convivencia.
Lo que ha dejado dicho Felipe González es que la gobernabilidad de nuestro país no tiene por qué pasar por un acuerdo entre el PSOE y los partidos independentistas recordando que, dos de cada tres votos, se los ha llevado PSOE y PP, por tanto, los ciudadanos han votado "centralidad"... a buen entendedor... la conclusión obvia es que si estos partidos representan la "centralidad" tendrían la obligación de entenderse.
Segunda reflexión: no es admisible pactar una amnistía ad hoc con los beneficiarios de la misma. Y recuerda que los partidos independentistas no son "progresistas" y que lo que pasó en octubre del 2017 fue un intento serio de acabar con la legalidad. Vamos, que no fue unos sucesos sin más, sino de una gravedad innegable. Aquellos sucesos fueron, esto es de mi "cosecha", un intento de golpe contra la Constitución, contra la convivencia entre los catalanes y contra la de los catalanes con el resto de España.
Felipe de manera críptica recuerda que alguno de los socios del Gobierno, o sea Sumar, representa a fuerzas comunistas enemigas tradicionales del PSOE. Punto.
Y dice más: "El cambio de posición del partido respecto a la amnistía no se justifica". Y recuerda que él apoyó los indultos porque una cosa es "perdonar" lo que se ha hecho y otra "pedir perdón a Puigdemont y Esquerra". Por eso le parece "mal el fondo y la forma de este proceso". Y recuerda que hasta el 24 de julio el Gobierno y el PSOE venían negando la amnistía, y que el cambio de opinión se ha producido por "oportunismo" porque no la cambian por "convicción sino por unos votos" y señala que la amnistía no cabe en la Constitución. Y volvió a repetir que "rectificar es de sabios pero es de necios hacerlo a diario" una respuesta sutil a lo la justificación de lo que viene diciendo Pedro Sánchez de que él no miente, sino que cambia de opinión.
Reflexiona también como los partidos independentistas intentan romper el ordenamiento jurídico para imponer su voluntad y crear un espacio de impunidad. Y otra frase críptica: ¿Cuánto tiempo pasará para que "otros" defiendan que cuanto hicieron en el pasado reciente fue por motivos políticos?
Se lamenta de que los dirigentes de Esquerra y Junts estén planteando un "conflicto de soberanías" como si Cataluña y España no fueran parte de lo mismo y que pidan un "mediador".
"Yo desde ahora digo que no aceptaré que venga alguien a hacer un supuesto mediador del "conflicto" que tenemos con los independentistas" y para eso mantendré la posición tradicional del partido. Romper la Constitución por la vía de atrás como pretenden los socios del Gobierno ahí me van a encontrar en contra". Felipe dixit.
"El Ejecutivo y el legislativo no se pueden meter en el espacio del poder judicial porque eso supone erosionar los fundamentos del Estado democrático en el que se asienta con la división de poderes. Me siento avergonzado de que la amnistía se esté redactando en Bruxelas con las personas que pretenden ser amnistiados". Y una defensa cerrada del Tribunal Supremo en el juicio a los dirigentes del Procés: "El Tribunal Supremo llevó impecablemente y con todas las garantías la instrucción de todo aquel ataque sin piedad a la democracia constitucional y al Estatuto de Autonomía.
"Se está poniendo en peligro la convivencia y no es tolerable que se esté pensando en como atar las manos al Tribunal Supremo".
Insistió en que cada institución tiene que representar su papel y que le produce "rubor y vergüenza" que "se dé por seguro" lo que va a decidir el Tribunal Constitucional sobre la amnistía.
Y termina con una pregunta: ¿De verdad la necesidad son siete votos? Y él mismo da la respuesta: "No merece la pena".
Y una recomendación: ir a las elecciones.
Sí, somos muchos los ciudadanos que coincidimos con el expresidente, pero ya sabemos que a Pedro Sánchez le da lo mismo porque su sed de poder no tiene límites y está encaminando a nuestro país desde la democracia a la autocracia.
Algún día, los que siguen ciegamente a Sánchez, se llevarán las manos a la cabeza asustados por las consecuencias de lo que han hecho. Pero será demasiado tarde.