Los cazadores de Castilla y León concluyeron el pasado 23 de febrero la temporada general de caza mayor con unas impresiones «ligeramente superiores» a las expectativas iniciales. En las comarcas del norte de la provincia, las previsiones de capturas de jabalí no eran muy optimistas en septiembre debido a los ataques de lobo, si bien los aficionados a las monterías han terminado «bastante satisfechos».
«Me consta que ha habido ejemplares que han superado incluso los cien kilos», destaca a Diario Palentino el presidente provincial de la Federación de Caza de Castilla y León, José de Luis Cantero. «No cabe duda de que el lobo ha hecho de las suyas, pero los resultados han sido aceptables», afirma.
Tal y como avanzó De Luis, la influencia de los cánidos provocó que algunos jabalíes se desplazaran hacia el sur, aunque sus avistamientos fueron más «esporádicos». «De Saldaña hacia arriba es donde se ven bastantes más», concreta.
Otro de los factores que condicionó la caza fue la cosecha del maíz. Durante los primeros días hábiles de la temporada general, las batidas fueron «escasas» debido a que muchos animales usaban estas extensiones como guarida, impidiendo que los monteros pudieran capturarlos. «En cuanto los animales perdieron el refugio que tenían en los maizales, se han avistado más a campo descubierto», explica De Luis, al tiempo que recuerda que esta circunstancia se da todos los años. «Una vez se ha cosechado, los animales van a las riberas o a los pinares para suplir lo que les daba el maíz», desgrana.
Por otra parte, De Luis destaca la labor que muchos cazadores realizan para abastecer de agua a algunas especies, sobre todo a la perdiz. «Está influyendo mucho que algunos cazadores pongan bebederos.Eso da una solución al animal, que puede beber agua, bañarse o desparasitarse», detalla el presidente provincial. «Para la perdiz es importante encontrar agua, así puede defender a sus pollos», concreta.
En este sentido, De Luis subraya la influencia de las temperaturas para las batidas, puesto que algunas especies cambian de hábitat en busca de unas mejores condiciones climatológicas.
«Los factores climáticos tienen una trascendencia enorme», afirma. Así, el presidente provincial del colectivo cinegético recuerda lo ocurrido el pasado verano, cuando la codorniz se movilizó hacia las comarcas del norte en busca de unas temperaturas menos cálidas. «En Cervera se mataron muchas codornices en los meses estivales», subraya.
FURTIVISMO. El presidente del colectivo provincial de la caza advierte sobre la abundancia de cazadores furtivos, sobre todo y según señala, en los pueblos del alfoz. «Pese a la vigilancia de las autoridades, sabemos que en zonas como Dueñas, Villamuriel o el propio monte de Palencia, el furtivismo nocturno, desgraciadamente, no se está extinguiendo como nos gustaría», lamenta De Luis.
De acuerdo con la Federación de Caza, esta situación provoca un doble perjuicio para la actividad, tanto por el daño a los animales -cuya población se ve mermada, como para la reputación de los aficionados. «El furtivismo es innato para el tipo de cazador egoísta, ansioso, renegado de todo y que hace daño por hacer», critica De Luis, quien concreta que una de las especies más afectadas por esta práctica es el corzo.
Precisamente, dos cazadores fueron condenados a comienzos de año por furtivismo contra el lobo. Los hechos ocurrieron durante la madrugada del 24 de febrero de 2021, cuando los ahora condenados se encontraban en el interior del coto privado de caza perteneciente a la Junta Vecinal de Cubillo de Castrejón, sin autorización del titular para cazar. Fueron sorprendidos por una patrulla del Seprona a una distancia de unos cien metros de un cebadero previamente preparado con animales muertos que hacían las funciones de cebo para las especias a batir.
El Juzgado de lo Penal condenó a cada uno a la pena de 6 meses de multa con una cuota diaria de 12 euros y la inhabilitación especial del derecho de caza por tiempo de dos años.
Un suceso similar fue el que tuvo lugar el pasado 5 de febrero, cuando agentes de la Guardia Civil sorprendieron a cuatro cazadores en un coto privado ubicado entre las localidades de Villanueva de la Peña y Traspeña. Ninguno de ellos tenía licencia para cazar en el coto.
El colectivo cinegético ve con buenos ojos la reintroducción del lince
La liberación de dos ejemplares de lince ibérico el pasado 17 de febrero en Astudillo, en una acción que busca, de cara al futuro, reintroducir la especie en la comarca del Cerrato, no es ajena a la actividad cinegética.
Según destaca el presidente provincial de la Federación de Caza, José de Luis Cantero, la presencia de este animal ayuda a eliminar a «enemigos» de las batidas, como puede ser el zorro. «Gente de otras provincias, especialmente de Salamanca, me han avisado de que, donde hay linces, no hay raposos, y esto podría suponer un aumento en la población de perdices», relata.
Así las cosas, los linces terminan con los zorros debido a que ambos se alimentan del mismo animal: el conejo. De acuerdo con De Luis, esta circunstancia puede tener a su vez una influencia directa sobre aquellas especies que son atacadas por el zorro.
La reintroducción de la especie en el Cerrato significa un hito en la recuperación del lince ibérico en la Península. Y es que esta acción convierte a la comarca cerrateña en la primer área de reintroducción en la mitad norte peninsular, produciéndose aproximadamente medio siglo después de la desaparición del lince de la Meseta Castellana.
La comarca del Cerrato fue seleccionada para albergar la especie por su cobertura de matorral, su abundante población de conejos y unas buenas condiciones orográficas, imprescindibles para el asentamiento y la reproducción de este felino. Todo ello, tanto el entorno como la positiva aceptación de la sociedad, han compuesto una candidatura que fue finalmente la aceptada.