Merendillas pasadas por agua en Guardo

Rubén Abad
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La lluvia impide a los vecinos de la villa minera cumplir con la tradición del Lunes de Pascua. El bocadillo de tortilla este año se come en casa

Merendillas pasadas por agua en Guardo

Unos cuantos huevos, un puñado de patatas, aceite, sal y cebolla (o no). Nunca tan pocos ingredientes hicieron felices a tantas generaciones como los que conforman la tortilla española, un imprescindible en el Lunes de Pascua en muchos municipios de la vertiente occidental de la MontañaPalentina, con Guardo como principal exponente.

Sin embargo, las precipitaciones caídas a lo largo de los últimos días -también durante la jornada de ayer- en forma de lluvia, nieve y granizo impidieron que los guardenses cumplieran con la tradición de comerse el bocadillo en los Campos de la Peña. Un paraje ubicado a unos cinco kilómetros del casco urbano que presentaba durante la tarde un aspecto totalmente desolador. 

Solo algún que otro valiente, apasionado por los paseos por el monte, se atrevió a recorrer este bello paraje que en años de buen tiempo se llena cada Lunes de Pascua de vida en forma de familias y grupos de amigos que despliegan el mantel para disfrutar de una agradable jornada de campo. Más aún cuando los escolares están en período vacacional, como fue el caso de este año.

Dadas las circunstancias, los vecinos de la localidad minera sí cumplieron con la tradición, pero desde sus respectivos hogares. Así,  la tortilla de patatas fue el plato estrella en las comidas y cenas de la inmensa mayoría de ellos, incluso de aquellos que viven fuera del pueblo por cuestiones laborales o académicas pero quisieron mantener una de las costumbres más arraigadas de la localidad a estas alturas del año.

BALANCE MUNICIPAL

El Ayuntamiento aprovechó el Lunes de Pascua para hacer balance de una Semana Santa en la que el pueblo se ha llenado de visitantes e hijos del pueblo que regresan a sus orígenes durante el puente festivo.

«Ha habido mucha gente, y eso se ha notado en las calles del pueblo, en los comercios y en los establecimientos hosteleros», apuntó la concejala de Festejos, María José García, quien lamenta que el mal tiempo reinante estos días en la localidad ha deslucido casi la mitad de las procesiones, que tuvieron que quedarse a resguardo para mantener las tallas a salvo de las inclemencias meteorológicas.

En este contexto, si bien desde el Ayuntamiento se ha observado una «gran afluencia de público» a los desfiles procesionales que sí se celebraron, también se ha notado una merma considerable en el número de cofrades que cargan pasos o desfilan por las principales calles del casco urbano guardense.

En este contexto, según ha podido saber este periódico, ya se está estudiando en el seno de la Junta Mayor de Cofradías dotar de ruedas a los tronos, de tal manera que todos los pasos (o al menos la mayoría) puedan salir y no quedarse en el interior de la iglesia por falta de braceros. Y es que, a lo largo de estos días se echaron en falta tallas propiedad de la parroquia como La Dolorosa, El Nazareno o La Oración en el Huerto de los Olivos. «Hay muchos cofrades, pero pocos que particpien de forma activa. Hay que adaptarse a las circustancias y poner ruedas», señaló García.