Comentan algunos forasteros que alguien que para alguien que no es de Frómista por los cuatro costados la fiesta de El Ole es difícil de entender, pero lo cierto es que sorprende a quien la conoce por primera vez hasta el punto de que hará lo posible y lo imposible por volver. El buen ambiente que se respira en cada rincón de la localidad jacobea, la camaradería entre paisanos y un programa repleto de actividades animan a descubrir una de esas fiestas populares con arraigo e identidad propia que se ha mantenido fiel a sus orígenes pese al paso de los años.
A escasas 96 horas de que arranque una nueva edición este viernes, en la casa de los Montes estos días la actividad es frenética. Y es que, por vez primera en la historia de la villa del milagro dos hermanos coinciden en los más altos cargos de los festejos: por un lado, Feliciano Montes, alcalde del municipio desde el pasado mes de junio; y por el otro, Jacinto, que este año hace las veces de mayordomo. Condición esta última que le otorgará el privilegio de portar el Vítor en la procesión cívica del domingo, un honor por el que los vecinos del pueblo terracampino se tiran años esperando y que a Jacinto le ha llegado ahora que está jubilado y la ausencia de obligaciones laborales así se lo permite.
La espera está siendo tensa y casi más larga que nunca, con los pies en la tierra y los ojos puestos en el cielo para que El Ole se pueda desarrollar «de la mejor manera posible», señala en declaraciones a Diario Palentino el mayordomo, quien trabajó durante 38 años como profesor y periodista en Melilla. «Venir aquí y cumplir con las obligaciones del cargo son muchas y diversas, por lo que preferí esperar a la jubilación cuando me tocó el turno. Lo solicité, me lo concedieron y este año estoy encantado», confiesa.
Un Montes con bastón de mando y otro con el Vítor en FrómistaDesde su residencia en el enclave español en África siempre ha tenido a Frómista y a Palencia «muy presentes». Quizás por eso este cargo le hace «especial ilusión», pues lleva vinculado desde hace 50 años a una cofradía que supera los 400 hermanos. «Para todo fromisteño, ser mayordomo es un gran honor», concreta Jacinto, quien tiene palabras de cariño para sus dos hermanos alcaldes: el actual, Feliciano, y la tristemente fallecida Carmen, primera mujer en el cargo.
«Este 2024 vivimos las fiestas con especial emoción. Es el fin de la generación de la Transición», apunta el mayordomo sobre una tradición «que merece la pena ver y participar en ella».
CON EL BASTÓN DE MANDO
Si Jacinto se estrena con el Vítor, Feliciano hará lo propio con el bastón de mando en sus primeras fiestas de San Telmo como alcalde de Frómista. «Este año todo queda en casa», bromea el primer edil.
Califica las fiestas en honor al patrono - se da la circunstancia de que nació en el pueblo- como «una experiencia que hay que vivir al menos una vez en la vida» y una fiesta «inédita» en España. «No son días para la innovación, sino para la tradición. Son unas fechas muy entrañables para todos los vecinos, que están deseando desde hace días que llegue el domingo para El Ole y el lunes para San Telmo», recalca el primer edil terracampino, encargado de elaborar un amplio programa festivo«hecho desde el cariño» con la colaboración de la cofradía y las peñas.
Sin embargo, la gestión municipal a buen seguro que sale a relucir con alguno que otro chascarrillo en el sermón satírico, en el que se repasa desde una mirada crítica y ácida la actualidad. Una forma distinta de recordar los fallos de los vecinos y de poner las pilas al Ayuntamiento. «Son lecciones de las que hay que tomar nota», concluye Feliciano.