La puesta en valor de la figura de la mujer y de las culturas de otros países fueron los dos ingredientes que ayer se aunaron en el concierto de Teresa Salgueiro, la artista portuguesa que puso el broche final a una nueva edición del festival A Concejo.

La dulzura de la voz de esta cantante, natural de Lisboa, dio a la jornada de ayer el tinte melódico perfecto para despedir el día de San Antolín, el cual, amén de las actuaciones enmarcadas en el festival, tuvo un empaque internacional. 

No la temblaron las cuerdas vocales a la hora de deleitar a los cientos de palentinos que ayer se congregaron en la plaza Mayor, pues sus casi 45 años sobre los escenarios de todo el mundo son un aval más que suficiente de toda su experiencia. 

Esta artista alcanzó el reconocimiento del panorama internacional durante su paso por el célebre grupo Madredeus, muy destacado en su país de origen, Portugal. Después de 20 años compartiendo escenarios con la agrupación, Salgueiro dio paso a una trayectoria en solitario en la que no ha hecho sino seguir cosechando éxitos y fama.

Lo que ayer pudo disfrutar el público palentino fue un pedacito de la riqueza musical y cultural que atesora el país vecino. No obstante, el fado portugués, que corresponde a la música tradicional del país, se entremezcló con unos tintes contemporáneos propios de la artista, quien transmitió con una alta sinceridad y expresividad lo que representa el folklore de su tierra.

Así, trabajos como A Mermaid in Lisbon o Cinzas resonaron ayer sobre los altavoces del escenario Recoletas. Si bien muchos no comprendieron el significado literal de las letras, dado que están escritas en el idioma natal de la cantante, sí se pudo apreciar la emoción en sus cuerdas vocales. 

OTROS RITMOS. Y es que si hay un género que ha tenido un protagonismo especial estos sanantolines ha sido indudablemente el folk. Varios han sido los artistas que durante estos días, en el marco del festival A Concejo, han puesto en valor las raíces de su música popular ante el público palentino, cada uno con un estilo y una puesta en escena diferente.

Los cientos de vecinos y visitantes que ayer se dieron cita en la plaza Mayor sobre las 20,30 horas, quienes antepusieron sus ganas de folklore a las tímidas rachas de viento que acontecieron en la ciudad durante la tarde, fueron los mejores huéspedes para las comitivas musicales de Kosovo y Panamá, respectivamente.

El baile fue el denominador común de una jornada en la que Palencia acogió las tradiciones y las culturas kosovares y panameñas como si fueran las propias. De ello dieron mucha cuenta los aplausos y el disfrute de los palentinos que se congregaron frente al Consistorio capitalino.

Las tablas del escenario comenzaron a sonar cuando sobre ellas aparecieron los integrantes del National Ensemble Shota, el Ballet Nacional de Kosovo. Sus coreografía llevaba impregnada la cultura del país, la cual los asistentes supieron avalar imitando los bailes que en frente de ellos estaban siendos representados. 

Tras su actuación, llegó el turno del Conjunto de Proyecciones Folklóricas Elsa Estela Real de Panamá. Ritmos panameños al compás de un baile con unos sonidos llenos de tintes caribeños, los cuales desprendían alegría. 
Como no podía ser de otra manera, la indumentaria jugó un papel importante en ambas actuaciones. Las vestimentas reconocibles de cada país fueron un elemento más en la que fue la última jornada de esta edición de A Concejo.

La de ayer fue la segunda oportunidad de disfrutar de ambas agrupaciones, pues también actuaron el domingo.