El patio del Teatro Principal vuelve a ser útil a la sociedad palentina. Después de décadas sin uso tras su abandono como parque de bomberos, el solar renace como lugar cultural. Concretamente, como sala polivalente de artes escénicas y plásticas con una capacidad para 146 personas que, incluso, puede servir como lugar de exposiciones. El Ayuntamiento capitalino ya ha dado por concluida la obra, que recibió oficialmente el viernes.
El coliseo de la calle Burgos guardaba un secreto tras su fachada. La parte derecha era, simplemente, un trampantojo. La puerta de esta zona no conducía al teatro. Era el acceso al patio. Igual ocurre con la ventana de la planta superior. Nadie podía asomarse a ella porque no había una estancia detrás, solo unas ruinas abandonadas a su suerte que estaban ocultas a los ojos de palentinos y visitantes. Quizá por esta razón muchos desconocían la existencia de este espacio ahora recuperado para la vida de la capital. Desde fuera parece estrecho, pero eso se debe a su forma irregular. Es más grande de lo que aparenta a simple vista. El bloque de viviendas anejo se interpone entre la calle y este espacio rehabilitado.
La nueva sala viene a complementar al Principal. Así lo explica el arquitecto Juan del Olmo, responsable, junto a Carlos del Olmo y Álvaro Gutiérrez, del proyecto. «No se trata de una ampliación, sino de un contrapunto en dos aspectos: plástico y de contenido. La estética del edificio proyectado contrasta con el diseño clásico del actual teatro y su vocación para nuevos formatos escénicos y artísticos supondrá un complemento para el actual teatro, de imagen y programación más clásicas», asegura.
Asimismo, explica que ambos centros son independientes. Tienen accesos diferentes desde la vía pública y únicamente comparten la taquilla, aunque la zona que se utiliza como cafetería del Principal, en la primera planta, se ha ampliado gracias a esta obra.Además, desde este espacio también se puede disfrutar de las actividades del patio, puesto que ocupa un lugar privilegiado del edificio nuevo. «La relación es ajustada y respetuosa», declara Del Olmo, poniendo como ejemplo que mientras se han llevado a cabo las obras del patio se ha desarrollado la programación habitual en el teatro inaugurado en 1837.
El nuevo edificio, de «total sinceridad constructiva» porque su estructura queda a la vista, ocupa una superficie de unos 600 metros cuadrados, donde llama la atención el conjunto de vigas de madera laminada que forman una espacie de cubierta abovedada irregular «que fluye como una ola» -añade el arquitecto-. La platea se concibe como un graderío horadado sobre la superficie del suelo, en nueve filas con capacidad para 146 espectadores sentados, y el escenario se ha diseñado accesible, conforme a las nuevas sensibilidades de uso de este tipo de espacios, de manera que cualquier persona pueda acceder al mismo sin barreras arquitectónicas.
En este caso, se apostó por grandes bancos para evitar la rigidez de las butacas. De esta manera, es más fácil que el espectador pueda interactuar con los actores, músicos o cualquier persona que esté en el escenario. Las paredes están recubiertas con una chapa multiperforada que cumple una doble función. Por un lado, mejora la acústica y, por otro, sirve como soporte para cuadros.
Ahora, con la obra terminada, Del Olmo explica que la mayor dificultad del proyecto fue «definir un espacio interesante sin fachada, que cumpliera con los requisitos planteados desde el Ayuntamiento». En este punto, cita y agradece la «libertad» concedida por el área de Cultura y su titular, Laura Lombraña, que les ha permitido llevar a cabo esta intervención a escasos metros de los Cuatro Cantones, «una ubicación idónea para que el conjunto de la población palentina pueda enriquecerse con una escena cultural contemporánea» y subraya que Bercopa, la empresa constructora aceptó la obra, valorada en unos 567.000 euros y financiada a través de los Fondos Edusi y del Consistorio, «en el peor momento de la crisis de materiales». «Era un presupuesto bajo», manifiesta Del Olmo antes de recordar que, cuando se adjudicó la rehabilitación del patio, intervenciones como la segunda fase de los Jardinillos o la reforma de los centros de acción social (CEAS) quedaron desiertas.
Por su parte, la edil de Cultura a preguntas de Diario Palentino declara que «el patio se ha convertido en un espacio polivalente que demuestra un serio compromiso con la cultura en la ciudad». Al igual que Del Olmo, comenta que «es el contrapunto perfecto al Teatro Principal», al tratarse de «un espacio moderno y con muchas posibilidades que ponemos a disposición de la ciudad después de muchos años en desuso». Además, destaca el cambio que ha supuesto esta obra. «Ha pasado de estar abandonado a albergar un espacio que acogerá todo tipo de eventos en pleno corazón de Palencia».
Por último, da las gracias a todas las personas que han participado en la obra. «Detrás hay un trabajo serio y bien planificado. Estoy tremendamente agradecida a todos los profesionales, que han puesto su talento y su cariño para sacar adelante el espacio», concluye.