En los momentos de crisis, de emergencia o de dudas, un pequeño detalle puede marcarlo todo. En este caso, unas declaraciones de Dorival en medio de la habitual tormenta que acompaña a Brasil después de cada accidente. Tras empatar en casa de Venezuela el pasado jueves, el seleccionador brasileño anunció: «Si hay penalti, Raphinha será el lanzador». Con 1-1 en el marcador, Vinicius forzó un penalti que él mismo se encargó de ejecutar… y falló (también el rechace). La consecuencia directa de aquello, que el técnico ha entregado el gobierno del balón parado a la zurda del azulgrana, que fue el autor del 0-1 en Caracas con un estupendo lanzamiento de falta.
El Barça y la 'Canarinha' han encontrado, casi por casualidad, al líder que les faltaba. Raphael Dias Belloli (14 de diciembre de 1996) tiene esa determinación y ese carácter de los futbolistas que, en caso de necesidad, se convierten en la rueda que siguen sus compañeros. No lo ha dudado el vestuario culé, que le entregó el brazalete de capitán que ha lucido en varios partidos del presente curso. Y no lo ha dudado el cuerpo técnico de su selección, que le ha entregado la mítica camiseta 'verdeamarelha' con el '10' en la espalda.
Es una elástica huérfana desde la caída en desgracia de Neymar, el caudillo del vestuario sudamericano durante una larga década. El hoy jugador de Al Hilal lleva más de un año ausente de las convocatorias de Brasil debido a la lesión que se produjo ante Uruguay el 17 de octubre de 2023… el 'mismo' partido disputado en la madrugada de ayer (también clasificatorio para el Mundial de 2026) en el que Raphinha volvió a ser el mejor en ataque a pesar de que el duelo terminó en empate (1-1).
Desde que 'Ney' se rompió el ligamento cruzado anterior y el menisco de su pierna izquierda, la 'torcida' brasileña y los entrenadores han estado buscando un líder y, como ha sucedido este curso en el 'baby Barça' de Hansi Flick, el atacante se ha postulado como jefe con mando en plaza.
Es un líder natural, forjado en la calle. Cuando tenía 13 años, según confesaba en una dura entrevista el pasado curso, llegó a pedir comida «tras pasar ocho o nueve horas fuera de casa para ir a entrenar, y algunos me ayudaban… pero otros me llamaban 'vagabundo». Es el liderazgo del hombre recto: «no me desvié del camino. Perdí a muchos amigos en el mundo del crimen y el narcotráfico, amigos que eran mejores que yo jugando a fútbol». Los recuerdos le ayudan a mantenerse en pie, y el presente le sonríe en la mejor temporada de su vida.
De récord
Su actual versión recuerda a aquella de ímpetu juvenil con la que llegó en 2016 al filial del Vitoria Guimaraes portugués. Dinámico, vertical, bien relacionado con el gol… En la 17/18, ya en el primer equipo, el brasileño cerró la mejor temporada ofensiva de su historia (18 goles y cuatro asistencias) y se convirtió en uno de los grandes nombres del verano en la Ligue 1 cuando el Stade Rennais pagó 21 millones por su traspaso. Luego llegarían los 19 del Leeds en 2020 y los 55 del Barça en 2022, pero nada iguala lo que está logrando en la presente 24/25.
En su mejor temporada en la Premier, a las órdenes de Marcelo Bielsa -con quien 'reaprendió' el gusto por moverse entre líneas y tirar desmarques a la espalda de los centrales-, anotó 11 dianas y dio cuatro pases decisivos. Apenas llevamos una cuarta parte (larga) de la temporada y Raphinha suma 12 tantos y nueve asistencias.
Cerca de salir
La explosión del 'once' azulgrana, que con Brasil ya suma 10 goles en 31 internacionalidades, se produce en la temporada en que más cerca ha estado de salir del Barça. En la angustia económica que atraviesa el club que gestiona Joan Laporta, este verano prácticamente todo el mundo tenía puesto el cartel de 'transferible' en la espalda… especialmente futbolistas que aún tienen buena edad y buen mercado en otras ligas.
Raphinha, con contrato hasta junio de 2027, 'solo' había aportado 20 goles y 25 asistencias en los 87 partidos que había disputado las dos temporadas anteriores, datos agravados por las lesiones musculares que en la 23/24 le obligaron a perderse 14 encuentros. La irrupción de Lamine Yamal, los incesantes rumores sobre la llegada de Nico Williams, la presencia de Ferrán Torres (18 goles en las dos últimas temporadas con menos minutos) y las ganas del barcelonismo de recuperar a Ansu Fati convertían al brasileño en una moneda de cambio clarísima. Sin embargo, el empeño de Hansi Flick -y la ausencia de ofertas serias- han propiciado el impacto: ahora se habla de propuestas mareantes por encima de los 100 millones, algunas de Arabia y otras de la Premier League (el Arsenal habría preguntado por él)… pero su situación ha cambiado. Ni Brasil ni el Barça son todavía un «Raphinha y otros diez», pero se parece mucho a la realidad.