Con raíces en 'DP': Laura del Río

César Ceinos
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«Fue un verano de descubrimiento profesional, intenso y muy gratificante»

Laura del Río - Foto: DP

Una redacción como la que se imaginaba cuando de niña soñaba con ser periodista. Esa fue la sensación que sintió una joven Laura del Río en el momento que se adentró por primera vez en el edificio de Diario Palentino para cursar prácticas en empresa hace más de dos décadas.

«Recuerdo que todavía existía la imprenta e, incluso, el cuarto de revelado, aunque ya se usaban máquinas digitales», comenta la periodista, que evoca aquella época «con muchísimo cariño», tanto en el aspecto laboral como fuera de la redacción. «Para mi fue un verano de descubrimiento profesional, intenso y muy gratificante. Supuso mi primer contacto con el periodismo real y los becarios aprendíamos a hacer de todo y tocábamos todos los temas: íbamos a ruedas de prensa políticas y a presentaciones de libros, entrevistábamos a personajes relevantes y cubríamos las fiestas de los pueblos. En DP aprendí a ser periodista, a discernir lo que era noticia y a encontrar un buen titular», asegura Del Río, quien también destaca que «fue un buen lugar para aprender». «Los compañeros veteranos fueron muy buenos maestros y entre los de prácticas había una relación inmejorable», añade. Entre los primeros nombra a Marta Barcenilla, Jorge Cancho, Félix Ruiz o Benito Iglesias, y entre los segundos, a Ada del Moral, Javier Jurado o Sara Muniosguren. «Con algunos de ellos todavía sigo teniendo relación y eso que ha llovido desde entonces», subraya.

Residente en Valladolid, comenta que recorría diariamente en autobús o en tren los aproximadamente 50 kilómetros que separan ambas capitales para realizar sus prácticas en empresas. Eso sí, los viernes solo había viaje de ida a Palencia, puesto que «siempre había algún compañero que me acogía en su casa para poder salir de fiesta cuando se cerraba la edición».

CASADOS Y CARNET.  De aquellos periódicos del Grupo Promecal, a los que todavía faltaban unos años para que sus páginas fueran a todo color (hasta abril de 2010 no se dijo adiós totalmente al blanco y negro), guarda muchos recortes. «Me acuerdo especialmente de dos temas de Sociedad.Uno de ellos, un reportaje que hicimos a una pareja de recién casados a quienes sus amigos les habían preparado un yincana por toda Palencia y provincia para conseguir su regalo de boda. Y el segundo, otro sobre la situación de las autoescuelas y acabé entrevistándome a mí misma, ya que era la persona que más veces había suspendido el examen práctico (siete).Al final aprobé aquel verano y la entrevista se llamó: A la octava fue la vencida», explica Del Río, quien asegura que «el periodismo local es fundamental y la mejor escuela por la que van a pasar». «Si los jóvenes estudiantes  saben aprovechar las prácticas, aprenderán las mimbres del oficio y les servirán para el resto de su carrera profesional», opina.

EN ALEMANIA. En su caso, atesora una amplia trayectoria laboral que forjó, incluso, más allá de las fronteras españolas. Fue corresponsal en Alemania y Europa del Este en Cadena COPE durante cuatro años y después volvió a España, donde se dedicó durante nueve años a la sección internacional de la agencia de noticias alemana Deutsche Presse-Agentur (DPA) en Madrid. «Edité y redacté información sobre eventos internacionales y cubrí cumbres mundiales», detalla.

Posteriormente, dio el salto al mundo de la verificación de hechos (fact-checking) en la Fundación Maldita.es. «Durante seis años combatí la desinformación y los bulos», señala antes de declarar que recientemente pasó al mundo de la comunicación. «Formo parte del equipo de Esade, una institución privada de educación superior.Mi tarea es ser el nexo de unión entre la institución y los medios internacionales, difundir las investigaciones académicas y poner en contacto a periodistas de todo el mundo con expertos en campos como la Economía, laGeopolítica, el Emprendimiento o el Marketing», manifiesta.

Por último, de toda su trayectoria, Del Río destaca que esta orgullosa de «haber trabajado siempre para que la gente reciba una formación lo más veraz posible en un mundo en el que cada vez es más difícil lograrlo».