El Palencia Cristo Atlético sigue con paso firme en su objetivo de meterse en zona play-off, haciéndose cada vez más fuerte en La Balastera, con un patrón de juego cada vez más definido, con bajas y también variantes. Un gol al comienzo, para asentarse, y otro al final, para cerrar el partido, le valieron a los morados para alcanzar el triunfo.
Sorprendió un tanto Carlos Doyague, técnico delPalencia Cristo Atlético, en su once inicial, colocando a Rubio en el eje de la zaga (ante las ausencias de los titularísimos Javi Rodríguez y Nil), dando salida al balón, variando, de esta forma, su 4-3-3 habitual, pasando en la medular a jugar con una especie de doble pivote (Peli, Sanz), pero con mucha riqueza táctica y movilidad de jugadores, haciendo diagonales Álvarez desde el lateral para incorporarse a la medular, abriéndose Sanz a cubrir ese espacio, jugando Conde entre líneas. Todo con el fin de dominar la parcela ancha, cargando el juego especialmente por la banda derecha.
Más allá de cuestiones de dibujo, el partido comenzó a encarrilarse pronto para los morados gracias al golazo desde 40 metros de David Sanz, que sorprendió al adelantado Miguel del Río, exportero del Palencia Cristo Atlético, tras su defectuoso saque. Este gol rompió los planteamientos iniciales de los de Álvarez Tomé (extécnico del desaparecido CD Palencia) y asentó más todavía a los locales, que llevaban el partido a su terreno, con un control total de la situación. Sin avasallar, pero sin padecer. Dos pequeñas lagunas en la plácida primera parte: la poca utilización del carril zurdo Sellés-Fabián y lo poco asistido que estaba el punta Adeva, que al borde del descanso, eso sí, pudo marcar en su primer remate a puerta el 2-0 en una jugada de estrategia morada.
El Palencia Cristo Atlético es un equipo bien trabajado desde el posicionamiento y las acciones a balón parado. Orden y laboratorio. Del Villaralbo, en este primer acto, poco o nada ofensivamente se supo. La mejor noticia para los zamoranos fue retirarse al descanso con 1-0, cuando bien pudo haber quedado sentenciado el partido.
SEGUNDA PARTE. Salió el cuadro zamorano tras la reanudación con otro talante, presionando más arriba, interrumpiendo la salida del balón local, haciéndoles incómodo el partido. Fabián y Sabaté cambiaron las bandas como única momentánea variación local. El partido se estaba volviendo peligroso por lo corto del marcador, no por el miedo que pudiese meter el cuadro visitante.
Eso sí, el PCA no era el de la primera parte, aunque sí tuviese opciones para el segundo gol, como en el minuto 65 con el disparo al larguero de Conde, el remate con la pierna mala de Peli poco más tarde o la parada de Miguel a disparo de Fabián un poco después. Poco a poco, fue leyendo mejor el partido el cuadro palentino, mientras que el Villaralbo comenzaba a descubrirse, a dejar espacios. David Sanz pudo marcar el segundo, salvando de forma milagrosa entre la zaga y el portero.
Javi Marcos, el cancerbero palentino, pese a ver más a menudo cerca el balón de su marco, no tenía que intervenir defendiendo los palos. Aunque el equipo visitante se quedaba con diez jugadores por la autoexpulsión de Mere, se entraba en los minutos finales, donde tantos puntos se le han ido a los morados (sin ir más lejos la semana anterior en Ávila) y con ello la incertidumbre, el recuerdo de situaciones negativas del pasado, que quedó disipada con el tanto de Adeva, un killer ayer desasistido, pero que ha demostrado que tiene gol, que es lo que le falta al Palencia Cristo Atlético, pese a las numerosas acciones de gol que genera. Eso es el único pero que se le puede poner.