Ernesto Mallo, natural de La Plata (Argentina), llegó a Barcelona en 2015. Su profesión ha sido la de escribir, y la ha materializado a través de sus libros, sus obras de teatro y sus guiones para la televisión y el cine.
Dentro de su faceta literaria, trabaja especialmente con la novela negra, género que le ha llevado a publicar seis libros con el comisario Lascano, su personaje literario más reconocible, como protagonista.
¿Está el comisario Lascano basado en alguien?
Aunque es un personaje ficticio, está en cierto modo inspirado en un comisario que hubo en 1940 en Argentina, Evaristo Meneses, El Pardo.
Es la sexta novela en la que este personaje es el protagonista. Eso es una buena señal
En la primera novela murió, pero, como tuvo tanto éxito, lo resucité. Es una suerte tener un persona así, que sobrepase lo que uno presupone. No pensaba que podía llegar a tener seis novelas. Ha tenido mucha aceptación por los lectores porque es sincero, algo que ha permitido a la gente identificarse.
Es guionista de teatro y televisión. ¿En qué se diferencian este tipo de trabajos respecto a la literatura?
En el guion estás más limitado, sin que eso sea un defecto. En los guiones tienes dos elementos sobre los que trabajar: la acción y las sensaciones. No puedes abordar lo que el personaje piensa o siente, ya que eso se transmite por la propia acción y los diálogos.
Una novela, por su parte, es un festín. Puedes decir lo que el personaje piensa, lo que no, lo que opina del pasado, etc. En estos trabajos eres dios; en los guiones, un técnico.
¿Considera que la experiencia que ha adquirido escribiendo guiones se ha visto reflejada a la hora de escribir novelas?
Gracias a los diálogos, sí, y por eso recomiendo a la gente trabajarlos tanto para escribir.
Los diálogos en un guion son parte de la acción. No están para explicar nada ni para dar pistas al lector. Si sabemos que un personaje ha matado a otro y aun así le da las condolencias a la viuda como si no hubiera sido él, dice cosas sobre cómo es.
Muchos errores que se cometen en la novela y en el cine se producen porque se utilizan los diálogos para explicar las cosas, y no son una explicación.
Otro escritor declaró a este periódico en una entrevista pasada que no había que dárselo todo masticado al lector, y que había que dejar mas reflexión. Algo que va en la línea de lo que comenta
Es verdad que se hace literatura muy simplista, con todo masticado. Lo llamo literatura McDonald, porque te la dan predigerida.
No sigo las tendencias. Trato de estar alejado de la moda porque me contamina.
¿Por qué le contamina?
La moda es una cosa horrible. Oscar Wilde decía que «era tan horrible que había que cambiarla cada seis meses».
Obama, durante sus vacaciones, entró a una librería y compró el libro que le recomendó la librera. Al día siguiente, esa obra vendió medio millón de ejemplares. Cuando la gente ve una novela con éxito salen 50 escritores a escribir lo mismo. Si vas a meterte con algo similar, lo que vas a hacer es trabajar sobre lo que ya se ha trabajado antes. Es importante defender la historia propia, lo que tú tienes que decir y otros no han dicho.
Ya que ha trabajado en el sector del cine y la literatura, ¿cuál es su opinión sobre las películas que adaptan un libro y viceversa?
En general, las películas que están adaptadas a una novela suelen ser mejores, ya que dan al director un soporte muy importante que, pese a no verse en la película, va a estar incorporado.
Una buena adaptación es El nombre de la rosa, de Jean-Jacques Annaud, que hizo una gran síntesis del libro. Luego hay otras películas en las que se ve que el director no ha entendido la novela.
Si tuviera que quedarse con una única profesión, ¿sería guionista o escritor?
Con la que más me pague (risas). Me gustan las dos cosas, aunque últimamente no estoy siendo muy requerido en la profesión de guionista. Me mudé a Barcelona hace unos años y me alejé de los contactos que tenía en el cine y la televisión.
El guion debe ser un ejercicio de humildad por parte del escritor, porque supone trabajar con letra muerta: es el director de la película el que le va a dar vida. Muchos de ellos dicen que el mejor escritor es el que ya ha fallecido, ya que es el que no protesta por cambiar su obra.
¿Qué diferencias percibe entre España y Argentina dentro de la escena literaria?
En España se ha vivido mucho tiempo bajo un Estado de Bienestar, con el Gobierno solucionando muchos problemas. Eso se refleja en la literatura. En cambio, Latinoamérica ha sufrido mucho más. Lo que es malo para la humanidad, es bueno para las obras literarias.
El continente tiene autores muy potentes debido a todas esas catástrofes. Los malos tiempos crean personas fuertes; y los buenos, personas débiles.