La crisis climática es una de las principales preocupaciones de la sociedad a nivel global y encontrar una solución para frenar o minimizar su impacto se ha convertido ya en una emergencia para todos los países. Así, con este objetivo mundial en mente, arranca hoy en Bakú (Azerbaiyán) la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (COP29), donde 197 estados y la UE afrontarán el reto de aumentar la financiación internacional sin olvidar concretar medidas para rebajar las emisiones.
Hasta el próximo 22 de noviembre, estas naciones debatirán sobre estas cuestiones tras la cumbre de la COP16 de Biodiversidad de Cali (Colombia), que cerró sin un acuerdo económico para proteger la biodiversidad para 2030 por falta de unanimidad.
Según el análisis de los expertos, lo que determinará el éxito de la COP29 será el pacto del Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado, un elemento del Acuerdo de París diseñado para establecer una meta financiera para apoyar a los países en desarrollo en sus acciones climáticas tras 2025. El actual es de 100.000 millones de dólares al año y se considera insuficiente. Sin embargo, no hay consenso sobre la cantidad exacta ni respecto a qué fórmulas emplear para aumentar su ambición.
De esta manera, algunas naciones en desarrollo piden que la financiación anual aumente hasta un billón de dólares mediante dinero exclusivamente público, cifra y modo en el que coinciden los ecologistas. Al otro lado, la mayoría de países desarrollados, así como la UE, abogan por una acción multinivel complementada con fondos privados.
Otros conceptos que se pondrán sobre la mesa son los relacionados con la regulación de los mercados de carbono para comprar y vender derechos de emisiones de CO2, y las medidas concretas para sustituir progresivamente los combustibles fósiles por las energías renovables.
Debut de los talibanes
Uno de los detalles de la COP29 será que el Gobierno talibán realizará su primera aparición en una conferencia sobre el clima de la ONU tras haber estado aislado de la comunidad internacional desde que retomó el poder en 2021. El régimen pretende aprovechar este evento para debatir la vulnerabilidad de Afganistán ante el fenómeno climático.