El Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León, en colaboración con UrcaCyL y las cooperativas ganaderas Cogala, Covisurle, Vega-Esla, Consorcio de Promoción del Ovino, Cobadú y Asovino, impulsa el proyecto SmartOvi, como herramienta para desarrollar y mejorar el sector ovino de la Comunidad autónoma mediante la innovación, la digitalización y la utilización de las nuevas tecnologías.
Representantes de las partes implicadas mantuvieron hoy la primera reunión del consorcio en el marco del II Salón Profesional del Ovino 'Ovinnova', que se celebra en el recinto ferial de Ifeza, en la capital zamorana.
"Es un proyecto bastante singular porque, al final, aquí están representados un porcentaje bastante grande del sector ovino, la UrcaCyL y seis cooperativas que representan el 80 por ciento o más de los ganaderos. Se trata de tratar de identificar aquellas tecnologías disponibles de forma comercial para las granjas de ovino y tratar de mejorar en todos sus ámbitos", explicó, en declaraciones a la agencia Ical, la jefa del área de Investigación Ganadera del ItaCyL, Sara Olmedo.
Condiciones de trabajo
"Uno de los objetivos del proyecto es tratar de implementar estas nuevas tecnologías que permiten mejorar las condiciones de trabajo del ganadero, además de la producción, la sanidad y el bienestar. Que sean necesarias muchas menos horas de trabajo, facilitar tareas que sean más penosas y, sobre todo, esas tecnologías que permiten registrar todos los datos que se generan en una granja y permitir tomar decisiones de cara al manejo de la ganadería y que permitan mejorar esa rentabilidad", añadió.
De esta forma, SmartOvi desarrollará una serie de pruebas piloto en granjas de ovino de Castilla y León sobre la aplicación de innovaciones y la implantación de nuevas tecnologías que permitan optimizar la productividad, reducir la huella ecológica y mejorar la imagen pública del sector para hacerlo más atractivo a los jóvenes. Así como una mejora de los estándares de bienestar animal.
"Hay una parte muy importante de comunicación y difusión en este proyecto, con la que pretendemos que se conozca que las granjas ahora están muy profesionalizadas, muy especializadas, que tienen una serie de tecnologías y que el ganadero es un empresario, es decir, que es un tipo de actividad que ya no es como era antes", apuntó Sara Olmedo.
"No es necesario dedicar tantas horas, los turnos están mucho más regulados y los ganaderos que participan como colaboradores de estas cooperativas son gente muy joven, con ganas de hacer inversiones, precisamente, en estas tecnologías, que creen en la innovación y que creen en que este sector tiene futuro", enumeró.
En la actualidad, SmartOvi se encuentra en la primera fase, después de que fuera concedido el proyecto el pasado mes de junio. "Hemos celebrado la primera reunión del proyecto, aunque ya hemos tenido reuniones previas técnicas. Es la reunión de seguimiento y ya hemos realizado las visitas a los ganaderos, hemos estado con ellos para ver qué tecnologías podrían ser interesantes de cara al año que viene", expuso.
"Empezamos a hacer los ensayos piloto con ellos y probar el beneficio inversión que es necesario para aplicar cada tecnología y ver las que son de más utilidad para poder compartir esas experiencias con el resto de los ganaderos", anotó.
Mano de obra
Pedro Álvarez, veterinario de la cooperativa Cobadú, señaló a Ical tras la primera reunión que "es necesario dar un golpe en la mesa y decir que el principal problema es la mano de obra" y apostilló: "Están desapareciendo explotaciones por falta de mano de obra y cualquier proyecto que sea aportar innovación, aportar tecnología y favorecer que la mano de obra sea capaz de quedarse, de arraigarse en las explotaciones ganaderas, es favorable", aseguró.
"Las explotaciones familiares que llamamos, la unidad familiar, muchas veces, ese relevo generacional está desapareciendo y la mano de obra que encontramos no es ni cualificada ni tiene la aptitud ni la juventud como para seguir con el proyecto y seguir con el negocio familiar, en este caso", insistió.
Por lo que se refiere a la tendencia a la baja del censo, Pedro Álvarez incidió en que, según las zonas, "desaparecen ganaderías, en parte, porque los dueños han llegado a la edad de jubilación y no hay relevo generacional", aunque valoró que "lo triste es que desaparecen también ganaderías con gente joven que, por falta de mano de obra y falta de adaptación u otra serie de causas, tienen que cerrar".
José Manuel Domínguez, técnico de Ganadería en UrcaCyL, calificó el proyecto de de "rayo de esperanza" para problemas que registra el sector del ovino, como el censo descendente y la falta de relevo generacional. "Hace algún tiempo, ya detectamos problemas de relevo generacional, de disminución de censo y, por tanto, de producciones y era una preocupación que teníamos en las cooperativas y por parte de la Administración en el seno del ItaCyL. Se trata de poner la base o la línea de flotación para evitar que el sector continúa decayendo", valoró.
"Al final, se trata de algo de ensayo y error. Vamos a implementar medidas tecnológicas para que las explotaciones que sobrevivan o que estén ahora mismo en activo sean más eficientes, obtengan mejores resultados económicos y, por tanto, puedan pervivir en el tiempo", recalcó.
Por último, subrayó que "se trata de buscar a personas que sean capaces de atender esas explotaciones, es decir, formar a personas capacitadas, que tengan conocimientos sobre ordeño, sanidad, reproducción y manejo y que sean capaces de trabajar en esas explotaciones, que cada día son más grandes y necesitan mayor mano de obra para poder dar un descanso a la propiedad, al ganadero en sí".