Los vecinos del Camino Viejo de Husillos temían que Adif y la empresa Lantania comenzasen anoche a trabajar en la construcción de los pivotes del llamado salto del carnero y así fue. «Lo de ayer [por el lunes] por la noche fue un simulacro», comentaba Javier Gredilla, portavoz del medio centenar de vecinos afectados de forma directa o indirecta por estas obras apenas tres horas antes de que el reloj marcase las 22 h y comprobasen en persona que un nuevo turno de trabajadores se incorporaba a las obras.
«Durante todo el día de hoy [por ayer] han desplegado el material necesario, como tubos y morteros. Y han fijado la máquina pilotadora, que ayer [por el lunes] no lo estaba», explicaba Gredilla, que reconocía que los vecinos estaban expectantes y sospechaban que, esta vez sí, arrancaban los trabajos nocturnos. Tenían razón.
De hecho, tras lo ocurrido durante la noche del lunes, Adif envió ayer al Ayuntamiento un requerimiento en el que «de conformidad con el artículo 30 de la Ley 29/1998» exigía «que se abstenga en lo sucesivo de realizar cualquier intento de paralización u obstaculización de las presentes obras, toda vez que, como obra de interés general de titularidad estatal, carece de competencia sobre la misma, conforme a la Ley del Sector Ferroviario y demás normativa de aplicación». Insistien, además, en que no desean ningún conflicto, que su único deseo es completar unas obras, las del AVE a Cantabria, que también redundarán en beneficio de los palentinos, y que su forma de actuar no es diferente en Palencia a lo que es en cualquier otra ciudad de España.
Fue el director de la obra nombrado por Adif el que trasladó a la alcaldesa, Miriam Andrés, que la empresa tenía orden de trabajar durante la noche y así lo iba a hacer. El concejal de Urbanismo, Álvaro Bilbao, volvió a argumentar que la Ordenanza Municipal para la Protección del Medio Ambiente contra las Emisiones de Ruidos y Vibraciones establece en su artículo 11 que «los trabajos temporales y excepcionales como las obras de construcción, modificación, reparación o derribo de edificios, ya sean públicas o privadas, así como las que se ejecuten en la vía pública, no podrán realizarse entre las 22 y las 8 horas».
Al contrario de lo que ocurrió el lunes, no sirvió de nada. El Ayuntamiento sabía que su capacidad de reacción pasa únicamente por llevar a cabo una medición del ruido y levantar un acta y así lo hizo anoche a través de la Policía Local. Con ese acta, explicó Bilbao, «hoy mismo se iniciará un expediente administrativo que derivará en una sanción y en una resolución que prohibirá expresamente a Adif estos trabajos nocturnos, y que se enviará al administrador a lo largo de esta jornada». Adif la podrá acatar o no, recurriéndola administrativa o judicialmente. De no hacerlo, que es lo más probable, el Ayuntamiento irá a los tribunales, según avanzó ayer el concejal de Urbanismo, consciente de que el único que puede ordenar parar estas obras es el juez.
De hecho, en el requerimiento enviado por Adif al Ayuntamiento, ya advirtió al Consistorio de que cualquier orden de paralización exige el levantamiento de la correspondiente acta, así como, en su caso, la adopción formal de la medida, y de que «la Policía Municipal no puede actuar en las presentes obras sin orden expresa y formal de la autoridad competente, conforme a la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad».
Indignación. En el Camino Viejo de Husillos, los vecinos contemplaban con indignación que sus temores se habían hecho realidad. «Esta situación es lamentable. Se van a saltar la ordenanza. Nos sentimos impotentes porque no vamos a poder descansar en nuestras casas pese a que pagamos nuestros impuestos. ¿Qué hacemos nosotros ahora? ¿Con este ruido no podemos dormir?», clamaba Gredilla.