Dos años de profundo estudio de los textos de la obra completa de Teresa de Jesús, plasmados por el subconsciente en forma de imágenes abstractas y la representación del misticismo como un proceso físico-químico de búsqueda de la luz. Es esa la singular y original propuesta que ofrece el artista Javier Guardo en 23 dibujos al óleo, un conjunto de esculturas en mármol y terracota y un audiovisual que presenta en el Museo de Palencia en forma de una exposición tan diferente como atractiva y con la que se suma a los actos conmemorativos del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa.
La muestra de óleos, todos de pequeño tamaño, conforma un juego de representaciones tonales de modelos etéreos y está dividida en cuatro fases que responden al Castillo Interior de Santa Teresa, nombre que el artista toma prestado para titular su exposición. Todavía con un volumen de Obras completas de Santa Teresa, Javier Guardo cuenta que durante dos años leyó y analizó los textos para pasarlos después a dibujo, pero «no trabajando con la consciencia sino que se fueron configurando dentro de mí para formarse en imágenes».
Explica que el dibujo abstracto tonal utilizado ofrece contrastes producidos entre el color y el vacío que están en el plano del proceso místico de la santa abulense. «El dibujo abstracto entra más por el espíritu que por la vista; lo que percibes son impresiones, no recibes ninguna figura sino satisfacción, disgusto, tensión...», indica.
Los colores utilizados en los 23 oleos confieren a los dibujos la atmósfera deseada por el autor: «ocres, azules... tonos amarillos para representar la luz, el gris de la neutralidad, de la paz; el negro para la intensidad, la crisis, las dificultades».
El resultado son desde inquietantes representaciones biológicas en negro que podrían recordar dragones o seres malignos para las «fieras ponzoñosas» de Santa Teresa, esos elementos desestabilizadores de su personalidad de los que quiere zafarse, hasta la llegada de la luz con la irrupción en los óleos del amarillo para conformar y recrear el deseado Encuentro pasando por paisajes atmosféricos o elementos etéreos.
lenguaje físico-químico. Pero además de plasmar las recomendaciones de Teresa a la progresión espiritual a través de un tiempo de comportamiento ascético y de actitudes místicas, Javier Guardo ha intentado introducir en la muestra el lenguaje físico-químico que, asegura, es la base del misticismo.
Ya en el primer dibujo, el autor representa el cielo y la tierra desde un punto de vista físico-químico recreando la polaridad eléctrica que se da entre ambos. «Todo se limita a una cuestión eléctrica; la santa habla con lenguaje de texto que es una forma de contar, de interpretar esos fenómenos eléctricos que suceden entre todos los elementos y que percibimos en forma de sensaciones, que hace que haya química o feeling entre dos personas, que haya rechazo...», dice.
«En sus visiones, Teresa describe una intensa luz; aparece el personaje luminoso cuando ha prescindido de su ego y ha dejado atrás todo lo terrenal. Cuando llega a esa fase se da cuenta de que es un ser limpio, un campo eléctrico reaccionado con todo y en el que todo es luz», descifra para sentenciar que la base del misticismo es precisamente esa búsqueda de la luz.
Acompaña a los dibujos un audiovisual fotográfico que presenta con extraordinaria sensibilidad los lugares que fueron casa de Teresa de Ávila, el convento carmelita de la Encarnación en el que ingresó con 20 años y en el que permaneció otros tantos y en el que tuvo sus visiones.
Completan la muestra cuatro modelos arquitectónicos realizados por el artista en mármol y terracota con los que pretende dar consistencia a los valores de fundación o morada del espíritu tan presentes en la obra de Santa Teresa.
Finalmente, se incluyen paneles con reflexiones sobre la actividad mística como patrimonio de todo tipo de personas tanto religiosas como laicas.