La provincia experimentó el pasado año un crecimiento vegetativo negativo, pues la diferencia entre las defunciones y los nacimientos se saldó con una pérdida de 1.239 habitantes, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). 

En concreto, los nacidos se sitúan en los 724 (un 15,6% menos que en 2022) y los fallecidos en los 1.963 (lo que significa una bajada del 12,4%). Estas cifras ponen a la provincia a la cabeza del descenso relativo de los nacimientos en la comunidad, seguida de Ávila (con un 13,4% menos), Soria (-8,5%), Burgos (-6,9%), Zamora (-6,9%) y Valladolid (-3,8%). Al otro lado de la balanza se encuentran Salamanca y León, cuyos nacimientos se sitúan en números positivos, con un 1,1% y un 0,65%, respectivamente.  La cifra absoluta de nacidos en la región se situó en los 12.464.

En cuanto a las defunciones, Palencia es la tercera provincia con mayor descenso porcentual, por encima de Ávila (-11,5%), Salamanca (-9,5%), León (-7,8%), Burgos (-2,6%), Segovia (-2,1%) y Valladolid (-1,8%). Estas tres últimas se sitúan por debajo de la media regional (-7,4%). A la cabeza de este descenso están Soria (-13,7%) y Zamora (-13,3%). En términos absolutos, Castilla yLeón registró el pasado año pasado 28.734 defunciones, lo que deja un crecimiento vegetativo negativo con una pérdida de 16.270 habitantes.

COMPARACIÓN NACIONAL. En el conjunto de la región, Castilla y León  experimentó un descenso de los nacimientos del 5,1% entre 2023 y 2022, una caída superior a la del 2% registrada en el país. De esta forma, fue la tercera autonomía con mayor bajada el pasado año, solo por detrás de Castilla-La Mancha (-10,5% y La Rioja (-9,4%. En todo caso, todos territorios registraron caídas en el número de nacimientos el año pasado, salvo Madrid (2,7% y Extremadura (0,6%).