"Una buena gestión cultural no precisa de caros profesionales"

J. Benito Iglesias
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Fernando Martín Aduriz, presidente del Ateneo de Palencia, afronta una nueva etapa al frente de una entidad refundada en 2016 y con 148 años de historia recién cumplidos, con el noble objetivo de rejuvenecerla y dinamizarla

"Una buena gestión cultural no precisa de caros profesionales" - Foto: Óscar Navarro

El Ateneo Científico, Literario y Artístico de Palencia tuvo una trayectoria resumida en tres etapas: la fundacional, entre 1876 y 1885; una segunda breve entre 1908 y 1909 y un período final entre 1924 y 1926, cuando desapareció. Y así hasta el 10 de diciembre de 2016, fecha en la que fue refundado al cumplir 140 años. Desde entonces, uno de sus principales impulsores, el psicólogo-psicoanalista y escritor Fernando Martín Aduriz, se ha empeñado, junto un grupo entusiasta de socios fundadores y otros tantos que se han ido sumando a la causa, hacer honor a una frase que hizo suya tras refundar la institución cultural: «Larga vida al Ateneo». Ahora, en una nueva etapa en la presidencia, retoma con ilusión el deseo de seguir creciendo.

Regresa en una etapa distinta a la presidencia del Ateneo, que ya ostentó. ¿Cómo la afronta y con qué perspectivas?

Con una determinación especial. El Ateneo sirve a la sociedad palentina, a la sociedad de los que aman la cultura y el pensamiento, la ciencia y el arte, y eso no sólo nos obliga a quienes amamos la vida intelectual, sino a quienes como yo despreciamos el concepto de cultura como activismo cultural previsible. O la cultura nos transforma, y nos hace mejores, o está al servicio de que nada cambie, precisamente haciendo creer que toda actividad cultural o universitaria sirve si va mucha población. 

La directiva se ha renovado e incluido savia nueva con integrantes de profesiones y generaciones distintas. ¿Cómo se plantea el trabajo a corto plazo?

Lo hacemos como un reto. Saber si somos capaces de demostrar que se puede hacer buena gestión cultural sin contratar caros profesionales o altos directivos funcionariales bien remunerados. Con un motor: el deseo vivo.

La entidad cultural ha ido cobrando peso y relevancia social en la capital y provincia. ¿Qué necesita para cumplir el objetivo de innovar, y más con la próxima puesta en marcha del Ágora juvenil?

Convencer a la franja de población de entre 14 y 29 años de que si se ama la ciencia, la literatura, el pensamiento crítico y el arte, tienen un lugar en el Ateneo de Palencia en general, y más precisamente en una asociación que haremos nacer el 29 de marzo con el nombre de Ágora juvenil. La reunión de quienes tienen deseo de saber y no han apostado por la ignorancia. Y más si cabe en una ciudad que fue la primera Universidad de España, y que atesora un patrimonio cultural y artístico inigualable. Y unas gentes «de buena masa», en el decir de Teresa de Jesús.

La masa social, ahora de unos 300 socios, ha descendido un tanto. ¿Se mantiene el compromiso inicial de muchos de ellos o hay que esforzarse para mantenerlos y captar nuevos ateneistas?

La pandemia hizo bastante daño. En 2020 estábamos camino de los 600 socios activos. Hoy estamos en 300, pero esta semana daremos el carné a 16 nuevos ateneistas. A ese ritmo, más los jóvenes del Ágora, finalizaremos 2025 con cerca de 500 socios, que es mi objetivo. Mi idea es que la sociedad palentina que no conoce aún al Ateneo, ni tan siquiera que se fundó en 1876, ni que se refundó en 2016, lo haga. Es una de las tareas pendientes: nuestra tierra tiene museos, iniciativas y muchas invenciones de relevancia que son «bellas desconocidas» para sus propios vecinos. 

¿La idea de contar con una gran sede cedida para un uso cultural conjunto por parte de la Fundación Obra Social de Castilla y León será una realidad este año?

Hay acuerdo absoluto a la par de un deseo conjunto de Fundos y el Ateneo de poder ofrecer a la ciudad un gran espacio de cultura viva.

Entre sus socios hay personas con relevancia en la sociedad palentina y empresas. ¿Qué aportan para que el Ateneo siga vivo?

Es increíble cómo intelectuales palentinos, artistas, escritores, y empresarios de relieve apoyan desde muy lejos geográficamente nuestra propuesta cultural. Y contribuyen no sólo con su cuota, sino con artículos, propuestas, compromiso de venir a intervenir…Por otro lado no hay ateneístas irrelevantes, todos son relevantes desde el momento en que forman parte de esta ilusión colectiva por mejorar la vida intelectual que es el Ateneo de Palencia. 

El Ateneo nació para agitar, como lo ya lo hizo muchas décadas atrás antes de su refundación, la vida cultural de la ciudad. ¿Los 60 actos con la asistencia de 1.200 personas del pasado año pueden ampliarse aún más?

No sólo nos importa el número. Evaluar la eficacia de un acto por la cantidad de personas que acuden a él no es muy ejemplar. Más bien es una práctica mortecina, que busca asegurarse que parezca que algo se mueve. Lo que indica que hay agitación es si logramos conmover el deseo de estudio, de investigación, de cooperación e intercambio de saber. Así lo buscamos con la biblioteca, con los ciclos, con el aula de estudio para universitarios, con el taller de poesía, con los encuentros con el autor o con la conferencia del mes, contando con los mejores para asentar espacios y  que se rodeen de gentes con mucho interés. 

La presencia en el resto de la provincia fue un reto importante para anteriores directivas en un territorio disperso y rural. ¿Sigue siendo uno de los objetivos descentralizar la actividad y hacérsela llegar a los vecinos de los pueblos? 

Estamos programando fórmulas que nos permitan, efectivamente, convocar fuera de nuestra sede. Especialmente porque por primera vez en la junta directiva hay alcaldes del medio rural o exalcaldes que lo conocen mejor, y porque hay ateneístas que viven en ese medio rural, desde la Montaña al Cerrato. Hay la iniciativa del excursionismo y los retos Ágora juvenil, que buscan conocer y convivir en nuestra sorprendente (y desconocida para muchos jóvenes) provincia, en su belleza y su rica historia artística. Si conmovemos a la intelligence provincial, y se unen a nosotros paso a paso, ellos estarán menos solos y nosotros podremos compartir responsabilidades.