Huir de las marcas comerciales y ofrecer las mejores cervezas artesanas es la razón de ser del bar El lúpulo dorado. Ya con su nombre se puede intuir algo, pero al cruzar las puertas de este establecimiento se comprueba.

Es, sin duda, un local único en Palencia y ha sabido adaptarse a la demanda de sus clientes. Abre únicamente por las tardes, pero esto no es un problema, sino todo lo contrario, hace que los palentinos lo escojan para el tan famoso tardeo y acudan a tomar un de sus cervezas de estilos clásicos de importación o artesanas de todos los estilos a nivel mundial, con hincapié en el elevado número de marcas nacionales.

Este elixir suele ofrecer una gama de sabores más rica y diversa que las marcas comerciales. Pero la elección se torna aún más especial al descubrir que las referencias cambian cada poco tiempo.

Y es que, Borja, el propietario del negocio, tiene una idea clara y quiere sorprender a todos cuantos cruzan las puertas de la cervecería. Por eso, vende más de 450 referencias en lata cada año, mientras que entre los ocho cañeros de la barra tampoco encontrará dos iguales, pues cambian los estilos y las marcas cada semana. Eso sí, siempre podrá escoger entre rubia y tostada.

Para disfrutar de la mejor forma de estas bebidas, este bar agasaja a sus clientes con pequeños y deliciosos bocados. La gastronomía es otro de sus fuertes y por eso se pueden tomar pequeñas raciones de sopas de ajo, como exponente de la cocina española en los meses más fríos al saborear cada consumición. Sin dejar de lado las opciones italianas con la focaccia; la americana con las hamburguesas o los perritos calientes; la asiática, con unas exquisitas gyozas y panes bao, y la mexicana, con sus sabrosos toques picantes que solo se calman con una de las muchas cervezas que se sirven en el local. Todo ello ha hecho que en el año 2021 fuera merecedor de un Solete de la Guía Repsol, el primero en Palencia en la categoría de Bar/pub.

Al igual que ocurre con las cervezas, la carta de picoteo también varía aproximadamente cada quince días. Una forma de ofrecer variedad y acercar diferentes platos a todos cuantos están dispuestos a dejarse sorprender.