El padre de las dos menores de 6 y 8 años halladas el pasado sábado en un supermercado de la capital, tras enviarlas a comprar en estado de semidesnudez y con una falta de higiene evidente, fue objeto de una denuncia de la madre este martes por presunta violencia de género. La Comisaría activó el protocolo correspondiente y comunicó los hechos al juzgado que, tras analizar lo denunciados, dictó el miércoles una orden de alejamiento, según pudo confirmar Diario Palentino. El auto impide al investigado acercarse a menos 200 metros del domicilio que compartía con la denunciante, el lugar de trabajo o cualquier espacio frecuentado por ella, así como la prohibición de comunicarse con la víctima por cualquier medio posible.

La progenitora pidió ayer en el umbral de su domicilio respeto en el tratamiento informativo del caso. Asimismo, señaló a este periódico que ya efectuó una denuncia en 2021 por malos tratos contra la persona con la que formaba una pareja de hecho y la retiró poco después. «Tienes miedo y me dio pena verle en la calle y enfermo. Estuve el fin de semana fuera para buscar un trabajo y al regresar me encontré la casa con suciedad por todas partes. En ningún momento yo abandoné a mis hijas, ya viajé antes y él sabía dónde fui y el lugar en el que me hospedé. El lunes le pedí que se fuera y que ya había hecho bastante daño. Se negó, me insultó e intentó agredirme con un bote de cerveza», aseveró.

 Según la información policial -ratificada ayer por el supermercado en el que su encargada dio de desayunar a las pequeñas- se las facilitó ropa y, tras localizar su domicilio, la Policía Nacional comprobó allí «un absoluto estado de insalubridad, con basura, suciedad e incluso insectos».

Medidas judiciales en el caso de las dos niñas de San Antonio - Foto: Óscar NavarroLa madre reconoció a preguntas de este rotativo que recuperó a las dos menores tras ser atendidas por los Servicios Sociales -a donde regresaron el sábado- el 27 de septiembre de 2022. «Empezamos de cero. Yo estoy en el paro y cobro mi ayuda y mi pareja también tiene la suya por enfermedad», relató.

La madre es originaria de Galicia y el padre de Andalucía y ambos están en libertad con cargos por un presunto delito de abandono de menores. Junto a las niñas permanecieron en julio cerca de un mes en la pensión Nuevo Serafín, de la calle Bailén, derivados por los Servicios Sociales del Ayuntamiento hasta que alquilaron un piso en la cercana calle Primera Universidad de España, aunque vivieron en otros puntos de la capital los últimos ocho años. «A él  no se le veía una persona resuelta. Tenía problemas con el alcohol, pero no mostró agresividad. Venía al bar de la pensión a pedir cerveza y yo le decía que le daba un bocadillo sin cobrarle. Su habitación, cuando se acudía a limpiar, dejaba mucho que desear», detalló Esperanza Medina, que ayuda a su hijo en el establecimiento hotelero, quien, a su vez, explicó que durante su estancia percibió que se trataba «de una familia claramente desestructurada». 

Una comerciante de un local cercano al domicilio de la pareja, que prefirió no identificarse, concretó que su comportamiento cuando fueron a comprar era normal. «Me dijeron que necesitan alguilar un piso después de vivir en la pensión para que nos les quitaran a las niñas y traté de ayudar. Noté que se trataba de una pareja que cuidaba bien a sus hijas, vestidas correctamente y sin ningún síntoma de tener problemas en casa. No me cuadra nada lo que he escuchado y visto en algunos informativos de televisión», argumentó.

«La sociedad debe ser cauta en sus juicios de valor»

Fuentes del colectivo de especialistas profesionales que prestó apoyo a C.C.S. en la denuncia por maltrato, a través de la Asociación de Mujeres Diversas en Red, pidió ayer que «por favor, la sociedad, en general, sea precavida y actúe con cautela al emitir juicios de valor sobre una persona, en este caso la madre de las menores».

Apelando a la confindencialidad, la asociación no relevó el tiempo que lleva atendiendo a la madre, e indicó que «antes de hablar con la prensa hay que saber o informarse bien sobre la situación familiar, ya que, en este caso, no hay indicios de que la progenitora haya actuado mal para nada con sus hijas».

Sobre la retirada de otra denuncia de la víctima por maltrato en 2021 fue clara: «Nuestra experiencia y especialización,  aunque la sociedad opine un poco lo contrario, nos dice que es muy normal ponerla y luego quitarla por pena hacia una persona enferma, por miedo. para proteger a menores o darse una amenaza en lo económico. Incluso, hay casos en los que existe una trama muy elaborada para fastidiar a tu pareja».