La caza como herramienta de seguimiento en el campo

Pablo Torres
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El Observatorio Cinegético impulsado por la Fundación Artemisan, que recoge información suministrada por los propios aficionados a la caza, ha permitido en los últimos cuatro años realizar 55 censos en la provincia

Imagen de archivo de un cazador junto a su perro durante una batida en el campo. - Foto: Christian Castrillo

El contacto directo de los cazadores con la flora y la fauna de los cotos sirve en muchas ocasiones de hilo conductor para el control de las especies. En este sentido, la información que facilitan los aficionados a la actividad cinegética es empleada en proyectos y trabajos vinculados a la conservación y el estudio de los ecosistemas.

De la labor de la caza en la monitorización de las especies dan cuenta los datos del Observatorio Cinegético de la Fundación Artemisan, una iniciativa que registra los ejemplares censados por los propios cazadores. Aquellos voluntarios que colaboran con el Observatorio (pues los censores llevan a cabo su actividad de forma altruista) recogen en una aplicación denominada CensData la información referente a los estados poblacionales de las especies cinegéticas. Dicha información es analizada e interpretada con posterioridad para conocer cuál es el estado de conservación de los animales y, por ende, poder tomar decisiones de forma justificada. 

De acuerdo con las cifras facilitadas a Diario Palentino, los cazadores voluntarios llevaron a cabo 55 censos en la provincia desde 2020, lo que revela que la labor de la caza ayuda a la monitorización de 14 ejemplares cinegéticos cada ejercicio. 

Estas cifras se distribuyen en base al período del año en el momento del censo. Así las cosas, los voluntarios dan cuenta de las especies que notifican en base a cinco categorías: especies residentes (cuyo censo tiene lugar en primavera), mamíferos nocturnos (primavera), aves migratorias estivales (primavera-verano), caza mayor (otoño-invierno) y aves migratorias invernales (invierno).

De forma desgranada, en la provincia, se notificaron tres censos de caza mayor, once de aves migratorias estivales, seis de mamíferos nocturnos y 17 de especies residentes. Asimismo, se censaron ocho bandos de perdiz. Cabe señalar que, en los últimos cuatro años, esta metodología no ha permitido el registro de un ave migratoria invernal. 

«Vamos con la filosofía de que el cazador tiene que evolucionar y cambiar el chip. Él es el principal conservador y necesitamos que aporte datos», asegura en declaraciones a este periódico Eduardo Laguna, investigador de la Fundación Artemisan y doctor en Ciencias Agrarias y Ambientales.

Para Laguna, la implicación de los aficionados a la caza es importante en cuanto su información permite «generar conocimiento sobre cómo están las especies, conocer su tendencia y apreciar una evolución». 

TERRITORIO NACIONAL. Esta metodología de estudio está siendo aplicada por la Fundación Artemisan en gran parte del territorio nacional. Hasta la fecha, se han realizado más de 10.000 censos al abrigo del Observatorio, una labor que ha sido posible gracias a la colaboración de un millar de cazadores a lo largo de 46 provincias (entre ellas, la palentina) de 16 comunidades autónomas. «Esto es un logro. Para poder conocer cómo se encuentra una especie necesitamos disponer de largas series temporales de datos. Esto sería inviable hacerlo con técnicos expertos, pues necesitamos también muchas cifras a gran escala», justifica el investigador. 

Palencia es la quinta provincia con mayor número de censos de la región. Por delante de ella se encuentran Soria (83 censos), Valladolid (96), Zamora (127) y León, donde el número se dispara hasta los 257. En el lado contrario se encuentran Salamanca (50 censos), Segovia (38) y Burgos (33). 

En total, los 85 censadores activos en la comunidad, a saber, aquellos que han registrado información en la aplicación al menos en una ocasión, han permitido el censo de 777 ejemplares desde 2020; en otras palabras, el Observatorio Cinegético ha permitido el control de casi 200 animales al año en Castilla y León. 

Tal y como alaba el investigador, la labor de los cazadores ha permitido el censo de especies en 1.200 cuadrículas UTM, a saber, un sistema de medición cartográfico. «No se había logrado antes en ningún programa de monitorización, y eso es gracias a los cazadores»·, manifiesta Laguna. 

«El cazador se preocupa por lo que tiene a su alrededor, su localidad y su coto. Lo que quiere es salir al campo y ver un entorno vivo y saludable. Gracias a programas como el del Observatorio vemos que, además de cuidarlo, están generando datos que nos permiten evaluar las investigaciones», detalla el investigador. «La propia evidencia del cazador ayuda a interpretar los resultados», concluye.