Los diez lugares de Isabel Martín
PASIONES: Ama los pueblos que la vieron crecer gracias a sus abuelos paternos y guarda especial cariño a los rincones que recorrió con su abuela materna. Desde temprana edad apostó por los bailes regionales, por lo que vestirse de palentina es un gran honor y una pasión que comparte con la lectura. Títulos como Harry Potter han hecho que sea una apasionada lectora de fantasía y que entre sus manos siempre haya un ejemplar digno de ser disfrutado.
TRAYECTORIA: En septiembre comenzó Biotecnología en la Universidad de León.
1. El Cristo. «Es un lugar que me gusta tanto como barrio como monumento. Soy del Cristo desde siempre. Vivo aquí y en estas calles también está la casa de mis abuelos maternos, donde he pasado mi infancia junto a mi prima. Por supuesto, como buena vecina, me gustan mucho las fiestas de Santo Toribio y acudir a la tirada del pan y el quesillo, una tradición que me gusta mantener. Además, la zona más alta me permite pasear y estar en contacto con la naturaleza. Es mi lugar seguro cuando quiero desconectar o respirar aire puro en plena ciudad».
2. Plaza Europa. «Es el punto de encuentro con mis amigos. El lugar de siempre. Cuando quedamos ya sabemos a qué nos referimos. En esta plaza hemos pasado muy buenos ratos tras las clases o en nuestro tiempo libre. Nos quedábamos hablando porque la distancia hasta nuestras casas para volver es similar».
3. Mazariegos. «Mi padre vivió en este pueblo de Tierra de Campos hasta los once años y aún mantiene en él parte de su familia. Hoy en día vamos a menudo a reuniones familiares y a las fiestas de San Roque, uno de los momentos que más me gusta del año. Con respecto a mi infancia, sobre todo guardo buen recuerdo de estas fiestas, ya que de pequeña danzaba con el resto de niños. Ahora sigo yendo y creo nuevos recuerdos en familia».
4. Cascón de la Nava. «Es mi segundo pueblo. Allí se mudaron mis abuelos paternos y tengo más recuerdos de mi infancia en él. Y es que, acudía a ver a mis abuelos en distintos momentos del año y también a las fiestas. Recordar esta parte de mi vida y este lugar me provoca más nostalgia porque ahora voy menos y, por el contrario, acudo en mayor medida a Mazariegos. No obstante, en Cascón monté por primera vez en bicicleta y tengo predilección por el encuentro de bolillos, un evento que une las dos ramas de mi familia: la actividad artesana por parte materna y el pueblo por la paterna».
5. La Acequia y el parque del colegio de la Providencia. «La Acequia pilla muy cerca de mi casa, por lo que siempre he paseado por allí con mis abuelos o con mis amigos. De hecho, acudía, entre otras cosas, a jugar con la peonza para no rayar el suelo de casa. En cuanto a los columpios, tengo que reconocer que eran mis favoritos. Solía ir con mi abuela y me encantaba porque había pocos niños, por lo que podía disfrutar más tiempo en el columpio o aprovechar para mantener una larga charla con mi abuela».
6. Librería Amarilla. «Uno de mis hobbies es la lectura y aquí siempre encuentro los libros que busco. Los dueños son muy amables conmigo, ya me conocen y me dejan pasar todo el tiempo que quiera entre las distintas estanterías, llenas de ejemplares. Por todo ello es uno de mis lugares favoritos para evadirme y olvidar el estrés del día a día».
7. IES Victorio Macho. «En este instituto he estudiado la ESO y el Bachillerato, por lo que he acudido a diario durante seis años. Es cierto que pocos guardan buen recuerdo de su época como estudiantes, pero yo me quedo con la gente que he conocido allí y con los profesores que he tenido, así como con los buenos momentos que he vivido. Son el mejor recuerdo. Además, el trato que he recibido todo este tiempo ha sido exquisito y hace que alguna vez tenga el deseo de recuperar esa época ahora que estoy estudiando en León».
8. Paseo del Salón de Isabel II. «Es un sitio céntrico, donde en verano siempre acudo con mis amigos para pasear, tomar un helado o simplemente hablar. Siempre ves mucha gente y transmite paz, respiras y estás en tranquilidad en el centro de la ciudad».
9. Monte El Viejo. «Cuando estoy estresada o agobiada subo con mi madre para respirar aire fresco. Desde allí se ve una espectacular panorámica de la ciudad. Es el lugar ideal para tranquilizarse y conectar con la naturaleza, como me ocurre con El Cristo».
10. Fundación Díaz-Caneja. «Es un lugar donde tengo sentimientos encontrados. Me gusta porque siempre hay exposiciones culturales interesantes que puedes visitar, como El valor de la sal, que me sorprendió gratamente, pues estuve toda una tarde contemplando cada elemento expuesto. Pero la verdadera razón para ser de mis favoritos tiene que ver con el festival de danzas que realiza El Zascandil, el grupo de jotas al que pertenezco. Y es que las danzas han formado parte de mi vida desde que nací. Gracias a ellas se conocieron mis padres y he seguido sus pasos a la hora de aprender y bailar. Este festival no me lo pierdo nunca y espero que así siga siendo muchos años».