Los 27 municipios de Zamora y Palencia que pueden convertirse en vecinos del lince ibérico a través del proyecto de reintroducción de esta especie en el que trabaja la Junta de Castilla y León comenzarán a ser consultados en los próximos días para conocer su disposición a participar en la iniciativa, según han explicado a EFE fuentes de la Consejería de Medio Ambiente.
El proyecto sigue adelante con las primeras entrevistas, previstas para mediados de febrero, con representantes de la sociedad que tendrá que convivir con este mítico animal salvaje, entre quienes figuran los representantes de los ayuntamientos en cuyo término municipal se prevén las sueltas, pero también integrantes de las organizaciones agrarias, titulares de cotos y de la Federación de Caza. Posteriormente, tras estas entrevistas más individualizadas, el plan es convocar jornadas divulgativas e informativas para la sociedad en general. La extensión de territorio que se verá influida por la potencial presencia del lince en ambas provincias es de 50.000 hectáreas, aunque los técnicos tienen delimitadas unas 20.000 hectáreas «de mayor calidad», que es donde piensan que puede ser más fácil que la reintroducción tenga éxito.
En la provincia de Palencia, serán 20.000 hectáreas distribuidas fundamentalmente por la comarca del Cerrato, aunque la mitad de ellas, las 10.000 que afectan a municipios como Alba de Cerrato, Cevico de la Torre y Vertavillo, entre otros, son las que presentan esas características de mayor calidad para el asentamiento del lince.
La intención de la Consejería de Medio Ambiente es aclarar todas las dudas que puedan surgir en torno al proyecto, bajo la premisa de que únicamente seguirá adelante si recibe el apoyo de las personas que posteriormente tendrán que lidiar con su presencia, para lo que se pondrán encima de la mesa tanto los pros como los contras, aunque en el caso de estos últimos existe un catálogo de soluciones que buscan minimizarlos.
«Somos optimistas, pero cautos al mismo tiempo», reconoció en declaraciones a EFE el jefe de servicio de Espacios Naturales, Fauna y Flora de la Consejería de Medio Ambiente, David Cubero, convencido de que el lince ibérico «es una especie amable y emblemática, que no genera problemas, sino sinergias positivas».
David Cubero explicó también que por parte del lince «los daños a la ganadería son mínimos, prácticamente insignificantes, muy puntuales en explotaciones de ovinos, en los corderos, y en gallineros», pero en ambos casos la Junta de Castilla y León tiene previsto acometer acciones preventivas en las instalaciones mejoradas con inversiones completamente asumidas por la administración y con compensación de daños: «al 100%», resume. «Creemos que es algo que se va a ver con buenos ojos», afirmó el responsable técnico del proyecto.
Cubero añadió que Castilla y León es «un territorio con mucha importancia estratégica para la recuperación del lince» en la península Ibérica, que acogió a esta especie hasta los años 80 del siglo pasado y que «va a permitir conectividad entre diferentes metapoblaciones de lince, sobre todo en un escenario en un contexto de cambio climático».