El Barcelona sufrió el pasado sábado para lograr en Butarque una victoria trascendental (0-1) en su pelea con el Real Madrid por el título de Liga. Fue un partido incómodo para los azulgrana que encumbró la figura de Íñigo Martínez, quien salvó a los culés con una entrada providencial a Munir en el último suspiro.
Superado el primer minuto del descuento, el delantero del Leganés recibió un balón filtrado a la espalda de la zaga barcelonista y, cuando ya encaraba la portería de Szczesny, el defensa de Ondárroa le rebañó el cuero desde atrás lanzándose al suelo en una acción limpia e imperial, de las que deciden campeonatos.
Y bien que lo sabía el propio Martínez, que lo celebró como si de un gol se tratara, con el puño apretado y un grito de rabia. «Saber sufrir y ganar este partido significa mucho», comentó el zaguero tras completar otro encuentro que le reafirma como uno de los referentes dentro y fuera del campo del bloque de Hansi Flick, aspirante a todos los títulos e invicto en 2025 tras 24 partidos, la quinta mejor racha en la historia del club.
«Íñigo es un jugador que defendía un poco más hundido y es magnífico cómo se ha adaptado a nuestra idea de juego. Es un jugador clave, siempre está concentrado en el vestuario y lo da todo», le elogió el alemán en la previa.
Un protagonismo que el zaguero vasco, que cumplirá 34 años el 17 de mayo, se ha tenido que ganar. Y es que cuando fichó por el Barça a coste cero, en el verano de 2023, llegaba avalado por una dilatada trayectoria en la Real Sociedad, el Athletic y la selección española, pero también acompañado por la sombra de las lesiones que le habían lastrado durante los últimos años en el cuadro vizcaíno.
Y, de hecho, los problemas físicos condicionaron su rendimiento en la primera campaña en la capital catalana, en la que no logró hacerse con un puesto fijo en el once titular de Xavi Hernández. Sin embargo, como con tantos otros de sus compañeros, todo cambió con la llegada del germano, que vio en la veteranía de Íñigo el contrapunto ideal para un equipo talentoso pero inexperto.
Las bajas de Araújo y de Christensen en el tramo inicial del curso despejaron el camino a la titularidad de Martínez, que pronto congenió con el joven Pau Cubarsí en el eje de la defensa, forjando una dupla sólida y de buen pie, un elemento clave en el estilo asociativo del Barcelona.
Este impacto en el juego se refleja en las estadísticas pues, según datos de BeSoccer Pro, el central del bloque culé es el jugador de LaLiga que más pases con éxito realiza al último tercio de campo (288), por delante de su compañero Pedri (262), y el segundo que más envíos progresivos completa con éxito (273), por detrás del defensa del Girona Daley Blind (276).
Un peso en la elaboración del juego que viene acompañado por su jerarquía en las tareas defensivas, ya que el zaguero vasco figura entre los cinco jugadores del equipo con más duelos aéreos ganados (81), tiros bloqueados (14), despejes (101), intercepciones (157) y recuperaciones (402), entre otros registros. Todo ello le ha valido la renovación hasta 2026, anunciada en marzo, en una campaña donde ha aumentado sus prestaciones.
Si el curso pasado disputó 1.619 minutos repartidos en 25 partidos, en este lleva ya 39 encuentros y 3.329 minutos, su mayor registro desde la 2019/2020. Son datos que ponen de manifiesto que Iñigo Martínez era el líder que Flick necesitaba para la defensa azulgrana.