A sus 24 años, este diestro madrileño se ha erigido en el gran triunfador de la temporada al haber abierto la puerta grande de ‘Las Ventas’ en sus tres comparecencias. Después de su triunfo en ‘San Isidro’ decidió dar un giro radical a su carrera, de ahí que rompiera con sus apoderados para ponerse en manos de Julián Guerra. Dos indultos, en Istres y Cieza, y otras actuaciones triunfales en Pamplona, Gijón, Cuenca, Albacete, Nimes y Sevilla, entre otras muchas plazas, le han llevado a codearse con lo más granado del escalafón. Todo ello jugándose los muslos cada tarde al pisar unos terrenos que solo están al alcance de los más grandes.
Ni en el mejor de los sueños podía imaginar una temporada tan exitosa como la que ha vivido este 2015. ¿O sí?
Siempre me ha gustado soñar en grande, pero jamás había pensé que pudiera transcurrir una temporada tan favorable como ésta de 2015. Por lo tanto puedo decir que en mi caso la realidad ha superado al mejor de los sueños.
Salir tres veces a hombros de Madrid no está al alcance de muchos y puede considerarse algo histórico
Estadísticamente, es cierto que no lo han cumplido muchos toreros, pero yo prefiero quedarme con las sensaciones y las cosas tan bonitas que me hizo sentir esos tres días la afición venteña.
La clave de la temporada ¿dónde ha estado?
Quizá en la búsqueda del toreo eterno por encima de esos triunfos de cara a la galería. No he buscado en ningún momento ni el elogio fácil ni el aplauso barato, simplemente me he limitado a escuchar y oler lo que me pedía en cada momento el toro que tenía delante. Creo que he sabido leer sus gestos, sus movimientos y colocar mis pies donde él me pedía para poderse entregar al máximo.
Pero los triunfos en su situación también eran importantes...
Es cierto, pero lo verdaderamente importante es ser consciente de que si eres capaz de sacar fuera de ti el toreo de verdad, aunque sea en pequeños momentos, los trofeos van a acabar llegando y van a ser triunfos reales basados en el toreo. Sin embargo, si buscas un triunfalismo fácil eso te acaba llevando a salirte de tu pureza, lo que deriva a la larga en otras cosas que ni las sientes tú y mucho menos aún el público. Es decir los triunfos que no se sustentan en el toreo acaban siendo siempre efímeros.
De las tres puertas grandes de Las Ventas, ¿con cuál se queda?
Cada una tuvo algo especial. La del 2 de mayo, aunque no pude salir a hombros al sufrir un percance, fue muy bonita dado que era la primera vez que conseguía abrir esa puerta grande. La siguiente, en pleno San Isidro, la pude saborear en todo su esplendor, recibiendo el cariño de la afición madrileña. Y la última, durante la Feria de Otoño, también fue muy significativa al triunfar una vez más allí tras una temporada gloriosa. Es decir, Madrid me había lanzado a las grandes ferias y regresaba a Las Ventas donde volvía a triunfar, ratificando de esta manera todo lo acontecido los meses previos. Además, en esa ocasión también resultaba herido allí, pero ello no me impedía salir a hombros, es decir era una mezcla de lo que me había acontecido las otras dos tardes previas en Madrid. En cualquier caso, de ninguna de las tres me voy a olvidar.
Cuando uno sale por la puerta grande, ¿las sensaciones se corresponden con lo vivido previamente en el ruedo?
Lo que yo siento delante del toro nada tiene que ver con el resto de las sensaciones del mundo. No conozco nada que me produzca tanto placer y felicidad como cuando me entrego y tengo esa fusión con el animal y con el público. Es un triángulo realmente mágico, como si estuviera en otro espacio y en otro tiempo, distinto a todo y difícil de describir. Pero bueno, el sentir ese cariño de la gente cuando sales a hombros de Las Ventas y te destrozan literalmente el vestido es algo realmente bonito.
El caso es que ha sido capaz de crear ese triángulo mágico del que me habla muchas tardes esta temporada
El secreto, que tampoco es tal secreto porque todos los sabemos y conocemos a la perfección, es la entrega. Si consigues abandonarte de verdad ante el animal, el aficionado se acaba entregando a ti y el éxito está garantizado como así me ha sucedido a mí este año.
Tras el segundo triunfo en Madrid quiso dar un giro a su carrera y se puso en manos de Julián Guerra
Fue una decisión dura dado que la relación personal con mis anteriores apoderados era muy buena. Pero profesionalmente buscaba algo más y decidí irme con Julián, con quien ya estuve entrenando durante el invierno de 2014, tiempo en el que observé un cambió en mi toreo, de ahí que apostara por él.
¿Cree en los astros? Se lo digo porque todo lo que tocaba usted este año se convertía en oro...
Creo más en el trabajo diario, pero es cierto que todo me ha salido de forma inmejorable hasta el punto de llegarme a asustar yo mismo de cómo me rodaban las cosas. Es como si me hubieran echado un bien de ojo (se ríe). Y ahí están los ejemplos: debut en Francia y consigo indultar un toro en Istre, voy a Pamplona y me proclamo triunfador de la feria, en Gijón tres orejas, en Cuenca otras dos, en Aranjuez inmejorable la cosa, en Cieza otro toro indultado... Vamos un momento dulce, dulce que ha durado toda la temporada, como si me hubiera echado encima todo el azúcar del mundo. Espero que se mantenga durante muchos años.
«He pisado terrenos donde el toro regala las mejores embestidas»
La cara amarga de 2015 ha sido la de los percances, pero cuando se pisan esos terrenos lo difícil es no sufrirlos...
Es un peaje que he tenido que pagar y que no me parece excesivamente caro, aunque he de reconocer que tengo los muslos complemente crujidos. El caso es que cuando te pones en un determinado terreno que es el que realmente te pide el toro ves que todo fluye más de verdad y todo lo que hace llega en su plenitud a los tendidos. Pero es que en esos terrenos, que quizá son los más peligrosos, es donde el astado se entrega más y te regala las mejores embestidas.
Por último, ¿el planteamiento para la próxima temporada?
En el fondo va a ser el mismo que el de este 2015: salir a darlo todo cada tarde sin arrugarme ni un segundo. Cierto es que mi situación ahora ha cambiado diametralmente y espero cumplir el deseo que tiene todo torero, que es el de poder estar en las primeras ferias de temporada como Valencia y Sevilla.
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