Osos, lobos, jabalíes y ciervos comparten territorio con los vecinos de la Montaña Palentina y, desde hace un tiempo, también pueblan las paredes del CEIP Castilla y León de Aguilar. Allí también se han dado cita el expresionismo de Kandinsky, el surrealismo de Joan Miró, el neoplasticismo de Mondrian e icónicos personajes de la literatura infantil como el Principito.
«Este milagro ha sido posible gracias al corazón generoso y a las manos de Pedro Antonio Alonso y de Susana Diez, dos artistas silenciosos que entran al cole como los duendes, cuando nadie los ve, y entre andamios, pinceles y botes de pintura pasan el fin de semana», explican desde el centro educativo aguilarense. «El lunes, cuando las puertas se abren de par en par para recibir la avalancha de risas, voces y algarabía, un nuevo mural aparece ante nosotros embelleciendo nuestra escuela y acercando a la retina de nuestros alumnos, casi sin que se den cuenta, el maravilloso mundo del arte», continúan.
El proyecto surgió cuando Pedro Antonio Alonso y Susana Diez, estudiantes de Bellas Artes en el País Vasco, comentaron a los responsables del colegio la posibilidad de realizar allí uno de sus trabajos. Al equipo directivo le pareció una propuesta estupenda y así fue como empezó a materializarse esta iniciativa. «El objetivo es llevar una pequeña parte del arte contemporáneo a la escuela y a los niños», detalla Alonso.
Un museo en el coleConcretamente, las intervenciones son versiones de obras del arte contemporáneo, de cuadros de pintores consagrados que Alonso y Diez consideran atractivos y fáciles de entender por los niños. «Nos gustaría que cuando sean mayores y vayan a los museos se acuerden de su escuela y de lo que allí estaba pintado», apuntan los creadores. «Por otro lado, con estas pinturas les decimos que los paisajes se pueden pintar como uno quiera y que se pueden hacer cosas bonitas sin copiar la realidad, pero sí inspirándose en ella», añaden al tiempo que defienden la interpretación libre y, en definitiva, la creación.
«Las paredes de nuestro cole se han llenado de luz y color, de bosques y noches encantadas, de seres y personajes cercanos a nosotros. Así, el Principito se cuela en la noche estrellada de Miró; Platero y Juan Ramón Jiménez pasean por el bosque colorido de David Hockney; Homer Simpson se esconde en el colorido mundo de Kandinsky; un técnico informático se asoma a través de las ventanas de Mondrian y la fauna de la Montaña Palentina cambia de hábitat y busca otros lugares donde protegerse», explican desde el centro educativo aguilarense.
Y es que el fin de Alonso y Diez no es otro que fijar la atención de los alumnos mediante la utilización de personajes de la literatura infantil y de otros que les puedan ser familiares, como los animales o los paisajes de la Montaña Palentina. «Creemos que todo ello les atraerá más», explican respecto a un trabajo que han titulado Ventanas al arte contemporáneo.
Un museo en el colePor su parte, el CEIPCastilla y León de Aguilar aprovecha la ocasión para agradecer «de corazón» este maravilloso regalo. «El colegio es ya un poco vuestro porque aquí estáis dejando vuestra impronta y, sobre todo, una lección de generosidad y entrega», expresan desde el centro, que ha visto llenarse sus paredes de color, calma y alegría gracias a la intervención de ambos artistas.
Cabe recordar, en este sentido, que el primer espacio del colegio norteño en el que actuaron los pinceles de Pedro Antonio Alonso y Susana Diez fue la biblioteca. De esta forma, el CEIPCastilla y León avanzó en su estrategia de reestructurar y potenciar la sala dedicada a la lectura para fomentar así los hábitos lectores entre sus alumnos. «El objetivo de esta apuesta también es ahondar en la convivencia y educar a los pequeños en el préstamo, impulsar la lectura individual y colectiva y divulgar las normas de comportamiento en este tipo de espacios», tal y como explicó en su día Asunción Gutiérrez, responsable de la biblioteca. Fue, precisamente, en el marco de esta iniciativa donde el espacio adquirió su actual nombre: El Refugio.
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Ahora, las creaciones de González y Diez han traspasado las puertas de dicha estancia y se puede disfrutar de ellas por todo el colegio, algo que, sin duda, estimulará las mentes de los niños y, quién sabe, quizá encauce los pasos de algunos de ellos hacia el arte.