El Comité Olímpico Español (COE) concedía recientemente las distinciones correspondientes a este año 2014, una de las cuales, la denominada Insignia Olímpica recaía en un palentino, Alberto García Sanz.
Una distinción que, como reza el reglamento del COE, se concede «a aquellas personas que, en razón de su cargo o función, hubieran colaborado activamente, de forma altruista, con el Comité Olímpico Español, con el Olimpismo o con el deporte».
Recibió la notificación oficial, «junto a otros tres compañeros» con diferentes funciones dentro de la Federación Española (Inés González, José Miguel Rodríguez y Jesús Troyano), por su enorme labor en el mundo del salvamento y socorrismo, al que ha estado estrechamente vinculado durante las dos últimas décadas. Porque Alberto García, entre otras funciones, es el director de la Escuela Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS) y de la Federación Latinoamericana, miembro de la Comisión Educativa del COE, de esa misma Comisión Educativa en la Federación Europea y, por supuesto, director técnico de la Federación de Salvamento y Socorrismo de Castilla y León (Fecless).
Porque la Fecless y García Sanz están íntimamente relacionados. No en vano fue uno de sus impulsores, poco después de iniciarse en el mundo del socorrismo. Ya que Alberto, nacido en Palencia aunque residente desde su infancia en Valladolid (motivos laborales llevaron a su familia -precisamente su hermana Isabel es desde 2004 la presidenta de la Federación Española- a trasladarse a la ciudad vecina), que aprendió a nadar a los 10 años, obtuvo el diploma de socorrista al cumplir los 18 y, como afirma coloquialmente, «a partir de ahí fue un no parar. No había Federación de Castilla y León, sino delegados provinciales dependientes de Madrid. En el año 96 nos juntamos técnicos, árbitros y demás, personas a los que nos gustaba el salvamento y socorrismo y se constituyó la Federación. Porque hasta entonces solo se impartía la formación de socorrista y nosotros queríamos que fuera algo más». Y es que, no hay que olvidarlo, «con el salvamento y socorrismo se salvan vidas».
Entre los logros (siempre se expresa en plural, incluyendo en los éxitos conseguidos a muchas personas) que mayor orgullo le ofrecen como dirigente se encuentran el haber llegado «a 10.000 escolares con nuestras campañas, haber formado a 1.500 técnicos en estos años y haber desarrollado dos reales decretos».
En Castilla y León el salvamento y socorrismo ya está presente «en todas las provincias, excepto en Segovia y Soria, donde están a punto. La andadura es importante, casi desde cero. En Palencia, por ejemplo, está el Club OCASOS, cuyos integrantes han logrado recientemente grandes éxitos en el Campeonato del Mundo Máster. Tienen la Escuela, aunque les falta espacio para poder crecer más».
ENSEÑAR A NADAR. Hace menos de un mes la labor de Alberto y sus compañeros de la Federación recibía un impulso muy importante, cuando el Procurador del Común de Castilla y León reconocía la competencia de los técnicos en salvamento y socorrismo para enseñar a nadar.
Recuerda que «hicimos una propuesta al Procurador del Común, porque estábamos un poco indefensos», dado que en algunos cursos de natación se solicitaban técnicos o monitores de natación, excluyendo en toda la Comunidad (en el resto del país también sucedía, dependiendo de Autonomías) a los 1.500 técnicos deportivos en salvamento y socorrismo. El Procurador del Común les daba la razón «después de un año» aunque, y como palentino es una espina que tiene clavada, «el de Palencia es el único Ayuntamiento que no acata esa resolución. No tenemos ningún problema con ninguna entidad local, excepto el Ayuntamiento de Palencia». Porque no entiende que los encargados de salvaguardar la seguridad en el agua de los bañistas en playas y piscinas, con todos los requisitos exigidos para titularse, no puedan enseñar a nadar en Palencia. Especifica, «yo hablo de nadar, no de modalidades de la natación». Y añade, «si hay una campaña de natación, si ellos lo dan, yo también. No entramos en la natación deportiva, sino de enseñar a nadar».
FORMACIÓN EUROPEA. Otro de los caballos de batalla del palentino es el sueño de «homogeneizar la formación» en España (cada Comunidad regula «quién desempeña la labor de socorrista») y en Europa («cada país, una legislación distinta»), porque «todo redunda en lo mismo», ya que se trata de «prevenir los ahogamientos en el niño, la segunda causa de muerte infantil tras los accidentes de tráfico».
La RFESS trata de «concienciar, llevar campañas de prevención. Estamos haciendo Jornadas, a ver si llegan pronto a Palencia. Muchos ahogamientos son en piscinas privadas, donde hay socorristas es más difícil. Pero aunque sea en 30 centímetros de agua, un niño de año y medio si se resbala, apenas son segundos los que le van a llevar al ahogamiento». Un ejemplo, «cuando salimos no se nos ocurre dejar el bolso sin vigilancia, aunque haya policía. Pues en la piscina, aunque haya socorrista, no hay que perder de vista a los niños. El agua tiene un riesgo. Las mejor manera es vigilar. Si se aprenden una serie de habilidades, mejor, pero hay que vigilar, sobre todo hasta cierta edad». Es por ello que «nuestros ingresos los destinamos a formar, porque es lo que previene los accidentes. Ahora nos centramos en campañas de concienciación a los padres, porque muchas veces un niño se ahoga por falta de concienciación de los padres».