La crítica -
Por Juana Samanes
Tan espectacular visualmente como su antecesora, Mad Max: Furia en la carretera es, sin embargo. cronológicamente precuela de ese film, que era la cuarta entrega de la saga, puesto que nos presenta los orígenes de la guerrera Furiosa y su lucha por vengar a su madre.
Tras convertirse la Tierra en un mundo apocalíptico, Furiosa, que vive en un idílico y secreto enclave, el Lugar verde de Muchas madres, es separada de ese paraíso al ser secuestrada por un cruel señor de la guerra llamado Dementus. Éste, que recorre el páramo, se enfrentará a enemigos poderosos como El Inmortan Joe que preside una fortificación llamada la Ciudadela pero antes conseguirá hacerse con el control de otro lugar importante: la Ciudad de la gasolina. Hay que recordar a los no aficionados a la saga que en la franquicia de Mad Max, la gasolina y el agua son los bienes más preciados.
Aunque hubo muchas dudas sobre quién debía encarnar a Furiosa de joven, finalmente la elegida fue una estrella actual, Anya Taylor -Joy, conocida por el terrorífico film de La Bruja y todavía más por la serie televisiva Gambito de Dama. Su mirada inquietante y fiera en este film consigue que sea una buena elección de la magnífica Furiosa, que encarnó Charlize Theron, en Mad Max: Furia en la carretera, que supuso una impactante revisión de la franquicia de los años 80,
Si bien el icónico director George Miller ha contado con el mismo guionista que en la anterior: Nico Lathouris, la película es más violenta que la anterior y sigue apostando por el feísmo y, por supuesto, por el desfile de motos y vehículos a cuál más estrafalario. Sin discusión vuelve a lucirse en las escenas de acción, perfectamente planificadas y rodadas.
Si de Anya Taylor Joy nos podíamos esperar esa actuación sin fisuras, el que asombra gratamente en su papel es Chris Hemsworth, que se ha mudado de su conocido papel de superhéroe a un malvado de libro, a quien le gusta regodearse (quizás demasiado) con el castigo humano.
Rodada en Nueva Gales del Sur, en Australia, de nuevo el diseño de producción de esos enclaves fantásticos ha corrido a cargo de Colin Gibson, que ha trabajado con otros habituales de Miller como la montadora Margaret Sixel, el mezclador de sonido Ben Osmo, la diseñadora de vestuario Jenny Beavan y la diseñadora de maquillaje Lesley Vanderwalt. Todos ellos ganaron un Oscar por su trabajo en "Mad Max: Furia en la carretera".
El argumento, no obstante, de Furiosa: De la saga de Mad Max es similar a la anterior, dos tiranos que luchan por hacerse con el poder y, otra vez, los seguidores de esta saga, van a encontrarse un futuro desesperanzador donde impera la ley del más fuerte y donde no hay espacio para la compasión.