Sinopsis oficial
Nos acerca la historia de Thibaut, un director de orquesta de renombre internacional que viaja por el mundo. Cuando se entera de que fue adoptado, descubre la existencia de un hermano menor, Jimmy, que trabaja en la cafetería de una escuela y toca el trombón en una pequeña banda de música. Todo parece diferenciarlos, excepto su amor por la música.
La crítica -
Por Juana Samanes
Divertida y conmovedora historia sobre dos hombres, amantes de la música, pero de educación diferente, a los que la vida les une tras un grave percance. Como Intocable (2011), el gran éxito de taquilla galo de los últimos años, presenta dos personajes muy distintos que se conviertes en imprescindibles el uno para el otro.
Thilbaut es un director de renombre internacional a quien la vida le muestra su peor cara cuando le diagnostican una leucemia. El tratamiento más idóneo es un trasplante de médula de un familiar, ahí es cuando descubre que es adoptado y que tiene un hermano menor, Jimmy, que toca en la banda de música de un pueblo. Los destinos de ambos se unen a pesar de las reticencias de Jimmy.
Deliciosa aventura fraternal que cuestiona hasta qué punto la educación y el entorno familiar y económico en el que un niño crece puede condicionar su futuro, teniendo talento ambos en este caso para la música. El director Emmanuel Courcol ha logrado un equilibrio perfecto para que el drama que supone el padecer una grave enfermedad no empañe el conjunto, más aún le añade a esta historia un toque social, ya que Jimmy forma parte de una banda compuesta por mineros que pasan por malos momentos y, de alguna forma, tocar en esa agrupación de música les libera de las tensiones laborales que padecen. Está muy bien reflejado el ambiente y la camaradería de los miembros de esa banda, compuesta por hombres de pueblo rudos pero de buen corazón, interpretados en un reparto donde se mezclaron actores con de músicos de bandas.
Fantásticas las actuaciones de Benjamin Lavernhe y Pierre Lottin, a este último le sienta bien interpretar a hombres complicados (recientemente visto en la divertida Cuando cae el otoño), que convencen encarnando a esos dos hermanos tan diferentes. Su elección parece más que acertada ya que, en la vida real, ambos son amantes de la música. Benjamin Lavernhe al parecer tiene buen oido y toca la batería y la guitarra. Para encarnar a un director de orquesta recibió clases durante varios meses. Mientras que, como ocurre con su personaje en la película, Pierre Lottin es un músico autodidacta, nunca estudió en el Conservatorio pero compone y toca el piano a un nivel muy alto.
La música en esta película es fundamental y está muy bien engrasada dentro de la trama, mostrando esos dos mundos tan lejanos en los que se han criado ambos hermanos. Aunque al director no le gusta que definan Por todo lo alto como una feel good movie es decir, una película que hace sentir bien al espectador por los buenos sentimientos que destila, lo cierto es que esta comedia social y dramática deja un buen sabor de boca, y cuenta con una secuencia final de las más emotivas que hemos visto últimamente en el cine.