A este joven guardense de la quinta de 1999 le entró el gusanillo de la música de pequeño y desde entonces no se ha despegado de ella. Su familia favoreció esta afición (varios de sus allegados tocaban el clarinete) y con cinco años ya estaba de la Escuela de Música de AMGu. Pero lo que comenzó como un pasatiempo se acabó transformando en algo más serio.
De adolescente entró en el Conservatorio de Palencia, al que llegaba tras recorrer los casi cien kilómetros de distancia entre su pueblo y la capital provincial. Posteriormente se trasladó a vivir a Salamanca. En la ciudad charra terminó la Educación Secundaria Obligatoria y completó el Bachillerato y los estudios de grado medio de Percusión.
Posteriormente realizó las pruebas de acceso para continuar sus estudios musicales en los Países Bajos. Gracias al duro trabajo y a su destreza, este trámite lo solventó satisfactoriamente y desde septiembre de 2017 anda por tierras holandesas cumpliendo uno de sus grandes sueños. El primer año académico estuvo matriculado en un curso preparatorio y desde 2018 estudia Percusión Clásica. Ahora está en cuarto y, si todo marcha como Blanco tiene previsto, después del verano iniciará un máster en Percusión Orquestal que realizará también en la ciudad donde reside en la actualidad. En el futuro, su objetivo es obtener una puesto en alguna orquesta clásica profesional, aunque admite que se trata de un plan «a largo plazo».
«Tengo la suerte de poder realizar mis estudios en un lugar increíble y en uno de los mejores departamentos de mi materia en toda Europa», asegura el joven norteño. Allí habla en inglés y disfruta de experiencias inspiradoras y enriquecedoras gracias a la enorme oferta cultural y musical de la conocidísima ciudad holandesa. Por otro lado, Blanco destaca que cuenta con el apoyo de docentes de la mejor calidad posible y que ha conocido a grandísimas personas de todo el mundo que le han ayudado a crecer tanto en el ámbito profesional como en el personal.
Para llegar hasta donde está ha tenido que encerrarse muchas horas en un aula a estudiar. No ha sido una tarea fácil. «La música clásica es muy competitiva y el nivel es muy alto», comenta el guardense. Por suerte, su esfuerzo está dando frutos. Ya ha colaborado con la Joven Orquesta de Holanda, la Orquesta Filarmónica de Rotterdam y la Orquesta del Ballet de Ámsterdam. Además, forma parte del ensamble de música de cámara Percussion Pool y de un grupo de flamenco encabezado por el guitarrista Eric Vaarzon. Por si algún curioso quiere ver a Elías Blanco en acción, en YouTube aparece junto a Vaarzon y más músicos tocando el cajón y otros instrumentos de percusión.
El norteño no olvida sus raíces y da las gracias a AMGu y especialmente al director de la entidad, Manuel Dos Santos, por su labor. «Siempre ha estado detrás de mí y es en parte gracias a él que estoy donde estoy», añade tras afirmar que la cultura es «uno de los pilares más importantes de nuestra sociedad» y reclamar apoyo a los proyectos que llevan a cabo asociaciones como la de su pueblo.
Por último, también agradece el apoyo económico que ha recibido del Rotary Club de Palencia durante cuatro años. «No tengo palabras para agradecer toda su ayuda», concluye el joven músico.