Los grupos municipales de Vox y el Partido Popular no reunirán hoy los votos necesarios para aprobar la moción presentada por los primeros y a la que se han sumado los populares con el objetivo de que se «se reponga en el mismo lugar donde estaba, de forma inmediata y en todo caso antes de la próxima sesión, el crucifijo que colgaba en la parte frontal del salón de plenos».
Una petición que Vox defenderá en la sesión de hoy bajo la premisa de que es un elemento del salón de plenos «desde hace muchas décadas» y en atención a «su función representativa de la historia, cultura y tradición que une a los palentinos», además de ser «un símbolo cristiano de la fe de muchos de ellos».
El Partido Popular solicitó el pasado día 12, a través de su portavoz, Alfonso Polanco, que se debata este asunto en Junta de Portavoces. «Ante la problemática surgida, los concejales del Partido Popular queremos manifestarte nuestro descontento por esta situación, al tiempo que pedimos que dicho crucifijo se restituya en el lugar que siempre ha ocupado», dice la carta.
Los populares argumentan que «a pesar de que no es un símbolo exigido por la Constitución que deba estar presente en el salón de sesiones de un Ayuntamiento, este Grupo Municipal y sus concejales entendemos que se trata de un signo que representa la fe católica que profesan miles de palentinos en esta ciudad y que no produce obstáculo ni impedimento alguno en el normal desarrollo del día a día en el citado salón de plenos», continúa la petición del PP.
En contra. Salvo sorpresa, la moción no saldrá adelante porque Ciudadanos, el Partido Socialista y Ganemos suman los votos necesarios para que no prospere. La postura del alcalde, Mario Simón, es conocida, ya que en el anterior pleno ya explicó que, aunque comparte las creencias religiosas de Sonia Lalanda, él es alcalde de todos los palentinos por encima de sus «sentimientos y creencias personales». «En el salón de plenos están los símbolos que deben estar: la Constitución, las banderas y la foto de su majestad el Rey», aseveró entonces.
Fue el propio Mario Simón quien confesó que meses después de su toma de posesión dio orden de retirar el símbolo religioso, una decisión de la que, curiosamente, nadie se había dado cuenta hasta el mes pasado.
Tanto el Partido Socialista como Ganemos votarán en contra de la moción de Vox y el Partido Popular, por lo que sumarán 15 votos contra 10. Eso sí, lo que sucede a partir del pleno es una incógnita porque si la petición de la formación de Santiago Abascal se judicializa, hay sentencias que dan la razón a unos y a otros.
De hecho, Vox, en su propuesta, recoge abundante jurisprudencia en la que los tribunales han dictaminado que el crucifijo debía permanecer en el salón de sesiones como «expresión de la historia y cultura de España». Pero no es menos cierto que también la hay en otro sentido, respaldando que en el salón de sesiones de un ayuntamiento no caben símbolos religiosos.