El Corpus Christi es una fecha grabada en el corazón de la Iglesia y una jornada muy importante para los menores que acaban de hacer su Primera Comunión. Antes de la pandemia, a las celebraciones eucarísticas les seguían las procesiones en diferentes puntos de la provincia y otro tipo de actividades que desde el año pasado se han visto suspendidas o limitadas.
En la capital, la tradición consiste en colocar la Sagrada Forma en una custodia de plata para que recorra las calles de la ciudad. Durante el trayecto, las cofradías penitenciales instalan varios altares para resaltar el paso del Santísimo y en la procesión participan también danzantes, gigantes y cabezudos, representantes de las cofradías y órdenes religiosas, autoridades eclesiásticas, la Banda Muncipal de Música y, por supuesto, los niños de Primera Comunión, que lanzan pétalos de flores al paso de la custodia.
Sin embargo, por motivos de seguridad nada de eso sucedió ayer. Los feligreses tuvieron que conformarse con las misas que se celebraron en las diferentes parroquias y tendrán que esperar a que la situación mejore para retomar este acto tan querido.
Eucaristías y algún pétalo formato reducido. En otras localidades de la provincia, lo habitual es confeccionar alfombras florales. Especialmente conocido es el caso de Carrión de los Condes, donde ayer solo se pudo celebrar una eucaristía a la que, como en Palencia y en el resto de pueblos acudieron los pequeños que este año han sellado su compromiso con la fe católica.
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Eucaristías y algún pétalo
Eucaristías y algún pétalo
Eucaristías y algún pétalo
Eucaristías y algún pétalo
Aunque en versión reducida, sí que elaboraron alfombras en localidades como Saldaña, Báscones de Ojeda, Oteros de Boedo y Santillana de Campos. En Collazos se puso un altar al Santísimo.