Adrián Prada Rodríguez fue uno de los fichajes de esta temporada del Pizzería La Nonna Balopal. Pese a su juventud (23 años) es uno de los jugadores con más experiencia de la plantilla, especialmente en la Primera División, categoría en la que militó en las filas del Arroyo. El pivote vallisoletano, que antes del parón estaba cuajando una gran temporada, vive este estado de alarma de una manera muy especial, dado que es militar. Y como todos los miembros del Ejército está realizando una labor extraordinaria para el país, luchando contra la pandemia.
Adrián había solicitado antes del estado de alarma una licencia de estudios para preparar el examen de Bachillerato para en el futuro poder optar a ingresar en la Guardia Civil, pero con el cariz que estaban tomando los acontecimientos decidió «anularla y ayudar en todo lo que pueda a mi país y a los ciudadanos».
Para mantener el nivel físico por si la liga se reanuda, Adrián se prepara de una manera muy particular. «Tengo una hermana que le operaron una rodilla antes de todo esto. Le cancelaron la rehabilitación porque los hospitales están saturados con lo del coronavirus, así que intento ayudarla con una rutina de ejercicios que hacemos los dos y así trabajo yo también. No estoy llevando tan mal la cuarentena, aunque se hace duro no poder ver a mi pareja, a mis amigos, no ir a entrenar, que lo echo mucho de menos».
Adrián es uno de los jugadores vallisoletanos que ha hecho miles de kilómetros Valladolid-Palencia-Valladolid. «Se ha hecho duro, cuatro viajes a la semana para entrenar y otro día para jugar. Apenas me quedaba tiempo entre el trabajo, los estudios y los entrenamientos. Llegaba a casa a las 11 ó 12 reventado, estaba un poco saturado. El caso es que ahora sucede todo lo contrario, echo mucho de menos los viajes a Palencia, entrenar, jugar, estar con los compañeros».
Adrián valora esta temporada inacabada como «bastante buena. Muchos pensaban que al no haber subido en el campo, aunque mis compañeros estuvieron cerca de hacerlo, le habían regalado la Primera División al Pizzería La Nonna Balopal, pero hemos demostrado que merecemos estar ahí, que nos lo hemos ganado, que estamos por derecho y nos hemos ganado el respeto de todos. Conseguimos muchas victorias que pocos se hubiesen imaginado, algunos ante rivales teóricamente más fuertes que nosotros. Tenemos una plantilla muy joven, con pocos jugadores que teníamos experiencia en esta categoría, con la incorporación de juveniles que han dado un salto muy grande. Hemos demostrado que nadie nos ha regalado nada, que somos un equipo de Primera».
Adrián Prada descubre ahora un secreto. «Tenía pensado dejar el balonmano una vez acabada la pasada temporada con el Arroyo, precisamente por el esfuerzo que suponía compaginarlo con mi trabajo como militar y los estudios, pero me llamaron los dos Fernando (Hernández, el primer entrenador y López, el segundo) y me convencieron rápido.Me gustó tanto el proyecto que me presentaron que me dije que quería formar parte. Yo siempre he tenido cariño a Palencia y al Pizzería La Nonna, con el que me había enfrentado muchas veces y me gustaba el objetivo que se había marcado de demostrar que se merecía estar en Primera. Me encanta el ambiente que se vive aquí de balonmano, el día a día, el alto nivel de entrenamientos que nunca había vivido así. No quiero perderme ningún entrenamiento, me siento mal por dejar a los compañeros solos. Cuando tengo alguna guardia, intento cambiarla con algún compañero para poder ir a entrenar a Palencia».
Por sus palabras, es fácil adivinar que Adrián quiere seguir una temporada más en el Pizzería La Nonna Balopal. «Mi idea es seguir, si me quieren, claro. Además, estaré más relajado con los estudios. Ahora tengo dos años para prepararme. Quiero volver a jugar el año que viene en Palencia. Algo grave tendría que pasar para que no sea así».
El pivote morado tiene la impresión de que la liga en la Primera División masculina se va a dar «por acabada. No veo que se prolongue hasta junio o julio. Tuvimos una vídeo llamada en el equipo y hablamos del tema y llegamos a esa conclusión. A nivel particular, me vendría bien para descansar, pero por otro lado lo echo de menos y quiero acabarla. Si se da por finalizada, a nosotros nos es igual que se anulen o no los resultados. Nos ganamos la permanencia en el campo. Hicimos los deberes y además con tiempo de antelación».
El tener a un entrenador que ha sido campeón del mundo ayuda. «Hemos trabajado muy duro, a un alto nivel. Es un poco cabroncete (bromea), exigente, como tiene que ser. Yo ya le conocía en mi etapa de juvenil en el Atlético Valladolid. Nos hace mejorar a todos».
Adrián, en su condición de militar, quiere lanzar un mensaje a la ciudadanía. «Sé que son días duros, que es una faena, que se hace largo, pero lo que está en juego es la salud. No es una gripe, es una enfermedad que mata a mucha gente. Si todos nos quedamos en casa, saldremos mucho antes de esta»