El palentino Raúl Plaza no figuraba en la lista de convocados que Luis Enrique ofreció hace escasos días para el Mundial de Qatar. Pero su función ha sido importante, ya que fue el encargado de pilotar el avión que transportó a la selección nacional a Jordania, donde ayer disputó un amistoso previo a la cita mundialista.
«Cuando me llegó el planning mensual observé que me programaban un vuelo extraordinario a Jordania, aparte de los clásicos a Los Ángeles, Nueva York o México. Mi hija, que es muy futbolera, me dijo que España tenía un partido amistoso antes de la Copa del Mundo en Amán y que yo iba a llevar a los jugadores al Mundial», explica Raúl.
Y así fue. El A350 de Iberia salió de Madrid sobre las cinco de la tarde del pasado martes, con una hora de retraso por una demora en el entrenamiento de Las Rozas. Tras cuatro horas y 40 minutos, el avión aterrizó en Jordania, en torno a las 11 de la noche (con dos de diferencia horaria). «Vi a los jugadores bien, tranquilos y con mucha ilusión reflejada en sus rostros. Una cosa que me llamó mucho la atención es la dieta. A ellos no les dan unos cacahuetes y una Coca-Cola. Sus nutricionistas y demás profesionales están muy pendientes, es una cosa que cuidan mucho», explicaba el palentino.
España pilotada con aires palentinos - Foto: DPLa parte más emotiva del trayecto llegó durante el minuto 116 del vuelo, minuto que coincide con el instante en el que Andrés Iniesta marcó el gol a Países Bajos en Johannesburgo que hizo a España campeona del mundo en 2010. «Desde el grupo de marketing de la empresa se elaboró un texto para que yo, como comandante del vuelo, me dirigiese a los jugadores para darles ánimo. Me hacía mucha ilusión, así que ensayé varias veces la locución para que todo saliera bien. Incluso pedí consejos a mi primo Eduardo, también palentino, que es periodista. Él me ayudó a emplear distinto énfasis durante el discurso», comenta Raúl recordando el momento.
El piloto palentino también afirma que tuvo la oportunidad de compartir impresiones con algunos miembros de la expedición nacional. «Con el primero que hablé fue con Luis Rubiales, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Le di la bienvenida y me estrechó la mano muy amablemente. Bromeamos con la temperatura, ya que hacía bastante frío en Barajas y se quedaron un rato abajo haciendo algunas fotos. Luego pude compartir un rato con Ansu Fati, jugador del Barcelona. Me pareció un chaval majísimo. Me crucé con él y me preguntó si yo era el piloto. Al responderle afirmativamente, me pidió a ver si le podía enseñar la cabina de vuelo, ya que, según me contó, le gustan mucho los aviones desde que es pequeño. Le expliqué por encima cómo funcionaba y él estuvo agradecido. Más tarde me acerqué al seleccionador, Luis Enrique, ya que era una de las personas que más ilusión me hacía conocer, pues le veía jugar cuando era adolescente. Le dije que tenían muy buen equipo y le deseé mucha suerte. Me dio las gracias muy cortésmente. Transmitía mucha seguridad y confianza», asegura Raúl.
Otras experiencias. Pese a que esta es la más especial, por la importancia que entraña un Mundial, no es la primera vez que Raúl Plaza lleva a la selección española. «En septiembre de 2019 les traje de Bucarest a Asturias de un partido clasificatorio para la Eurocopa que se jugó el año pasado. Se habían enfrentado a Rumanía en aquel grupo de clasificación y me tocó pilotarles de vuelta a España», sostiene.
Lejos del fútbol, el palentino ha podido transportar a más celebridades. «El mundo de los famosos es así. Cogen un avión cada dos por tres. He trasladado a la reina Sofía, por ejemplo, así como a actores conocidos. Un cantante encantador al que he podido llevar varias veces es Alejandro Sanz, un chico muy majo. A Chayanne, por ejemplo, también», sentencia el palentino, que puede presumir de haber llevado a la selección al lugar más esperado: Qatar 2022.