Buzo de trabajo recién lavado y bien colocado, el casco ajustado en la posición correcta y la batería de la lámpara cargada por completo. Una vestimenta especial para un día que también lo fue. Santa Bárbara, patrona de los mineros, se veneró ayer a lo largo y ancho de la cuenca en una jornada festiva que tuvo como protagonistas a los profesionales (los jubilados y los que ya no están) ligados a ese oro negro que dio de comer a miles de familias del norte de la provincia durante décadas.

Guardo es uno de los municipios donde más arraigada está esta fiesta y donde más personas se reunieron en torno a la Santina en un programa repleto de novedades: la primera y más notoria, el cambio de horario de la celebración central, que fue vespertina. Una misa cantada por la Coral Boardo y posterior procesión que este año ofreció una imagen mucho más sobrecogedora al celebrarse al anochecer y que tuvo su punto culmen en la ofrenda floral en el Monumento al Minero. También se inauguró una exposición del Club de Entibadores en el auditorio y hubo comida de hermandad,  sendos homenajes a Agustín Fernández (minero más veterano) y Mercedes Rodríguez (socia más veterana del centro de día de personas mayores) y baile.

En la vecina localidad de Velilla del Río Carrión, la jornada festiva arrancó con una misa y el homenaje a los mineros Antonio Reyero y José López, a los que se entregó una placa conmemorativa. No faltaron después el tradicional ágape en el hogar del pensionista, un recorrido por la mina visitable y la proyección de una audiovisual sobre la historia de la minería en el municipio norteño.

Protegidos por Santa BárbaraNo muy lejos, en Santibáñez de la Peña, el de ayer también fue un día especial. Allí los actos comenzaron con una misa en honor a la patrona y continuaron con una traca, un vino español, una exhibición de esculturas de carbón, el homenaje a Jesús Allende (el minero más veterano), una chocolatada y la actuación de Néstor de la Osa. En esta misma comarca, en Castrejón de la Peña, los vecinos cumplieron con la misa y después compartieron mesa y mantel en una comida.

Al otro extremo de la Montaña, en Barruelo de Santullán, hubo misa, procesión con la patrona, comida de hermandad, una proyección, baile y karaoke, así como un reparto de sopas de ajo. 

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