El grupo municipal de Vox urgió ayer al alcalde, Mario Simón, a reponer en su sitio «de forma inmediata» el crucifijo que presidía el salón de plenos del Ayuntamiento después de detectar su ausencia. Mario Simón explicó que, aunque comparte las creencias religiosas de Sonia Lalanda, él es alcalde de todos los palentinos por encima de sus «sentimientos y creencias personales».
«En el salón de plenos están los símbolos que deben estar: la Constitución, las banderas y la foto de su majestad el Rey», aseveró el primer edil, que explicó que meses después de su toma de posesión dio orden de retirada del símbolo religioso.
«No es una ofensa hacia ninguna creencia», sostuvo el primer edil, que recalcó que «los actos de tradición y de ciudad son para todos, y los de fe, para algunos».
Para Vox, la posición del alcalde es «un alarde de agnosticismo que no está respaldado por la jurisprudencia», y anunció la presentación de una moción en enero.