Sinopsis oficial
Con la inminente Primera Guerra Mundial como telón de fondo, Anton, un oficial obediente, se ve confrontado por su amistad con la hija del barón, Edith, que está postrada en una silla de ruedas. A medida que su relación evoluciona, Anton busca entre sus sentimientos, incapaz de decidirse: ¿compasión o amor verdadero?
La crítica -
Por Juana Samanes
De nuevo otro relato del excelente escritor Stefan Zweig, "La piedad peligrosa", es trasladado al cine. En ella se describe la relación entre un joven soldado, Anton, y una joven discapacitada físicamente, Edith, hija de un barón. La historia se desarrolla en los albores da la Primera Guerra Mundial.
El doctor Condor, que trata a la joven Edith, afirma en la novela: "La piedad, como la morfina, sólo es buena al principio para el enfermo, pero si no se sabe dosificar y retirar adecuadamente, se convierte en un veneno mortal". Esa frase resume perfectamente el dramatismo de esta historia donde la naturaleza humana está retratada en un montón de sentimientos: la compasión, el amor, el orgullo pero también la crueldad. También, si avanzamos algo más, podríamos mencionar el deber mayestático que algunos dan a la patria, por encima de la persona y, sin duda, los respetos humanos que hacen que en este relato el joven teniente, de origen humilde, tenga miedo al que dirán en el ejército donde sirve.
El danés Bille August (cuya mejor película sigue siendo una de las primeras, Pelle el conquistador) hila perfectamente esta historia de exclusión por una discapacidad sobre la relación entre el joven teniente y la hija inválida de un noble. Un relato lleno de matices sobre los peligros de la compasión y la piedad.
Con una correcta puesta en escena, Bille August es coguionista de la historia mientras que la fotografía (una parcela que él también domina) la ha dejado en esta ocasión a su compatriota Sebastian Blenkov (El caso Sloane). Fantástico el trabajo de la pareja protagonista, los jóvenes Esben Smed y Clara Rosager.