Bolsas cargadas de valores para la pedrea del Cristo

Rubén Abad
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Sesenta voluntarios de Fundación Personas preparan el pan y el quesillo de la pedrea. En total, 8.000 raciones con destino al Cristo

Bolsas cargadas de valores para la pedrea del Cristo - Foto: Sara Muniosguren

Veinticuatro horas antes de la celebración de la romería de Santo Toribio, la fiesta abandonó ayer por unas horas el barrio del Cristo para trasladarse a las instalaciones de Fundación Personas, en la avenida de Madrid de la capital. Este fue el lugar elegido, un año más, para embolsar las 8.000 raciones que hoy volarán por los aires desde el balcón la ermita del patrono (la mitad aproximadamente) y se pondrán a la venta a un precio simbólico en el expositor de la Asociación de Vecinos (la otra mitad).

Allí vivieron su particular pedrea con bolsas que no solo estaban cargadas del pan y el quesillo que para ser lanzadas hoy, sino que escondían en su interior valores tan importantes como la inclusión, el trabajo en equipo y el respeto por los demás. Una llamada de atención sobre todos aquellos que la sociedad se empeñó a lo largo de la historia en calificar como diferentes, pero que son uno más. 

Madrugar era lo de menos, lo importante fue colaborar y ser parte activa de una de las celebraciones populares con más arraigo de cuantas se suceden en la capital a lo largo del año. Y es que, si la pedrea a los pies del Cristo del Otero ya es de por sí especial para los palentinos, vivirla desde dentro y ser parte activa de la misma, tiene una dosis de satisfacción añadida.

Bolsas cargadas de valores para la pedrea del CristoBolsas cargadas de valores para la pedrea del Cristo - Foto: Sara Muniosguren

En total, sesenta voluntarios entre usuarios de la entidad y familiares para los que el sábado previo a la romería es sinónimo de fiesta, pero también arremangarse la camisa y trabajar por una buena causa. «Lo viven muy intensamente. Es muy gratificante para ellos participar en una tradición tan importante como la pedrea», explica el delegado de Fundación Personas en Palencia, Antonio Mota.

TRABAJO EN CADENA

La organización es clave para afrontar una tarea como esta, que les ocupa cuatro horas, desde las nueve y media de la mañana en adelante. De ahí que las diferentes funciones se fueron agrupando como si de una cadena de montaje se tratara.

No era la factoría de Renault en Villamuriel de Cerrato ni la fábrica de Galletas Gullón en Aguilar de Campoo, pero en mucho se parecía el trabajo que desempeñaron durante gran parte de la mañana. El primero de los voluntarios abría la bolsa de papel, otro introducía el queso, el siguiente hacía lo propio con el mendrugo de pan, una cuarta persona realizaba el doblez y la quinta la sellaba antes de almacenarla.

Todo ello en una sala de Fundación Personas preparada específicamente para esta función y bajo estrictas medidas de seguridad. Así, todo el proceso se completa sobre mesas higienizadas y un personal  protegido con guantes para que hoy se sirva con todas las garantías a los vecinos que asistan a la fiesta.

En total, por sus manos pasaron 8.000 raciones de pan -antes eran barras enteras que había que cortar, lo que dificultaba el trabajo- y cientos de kilos de queso, cuya elaboración ya comenzó el viernes. Y es que un grupo de familias ligadas a la entidad se afanaron en preparar las cuñas y dejarlas listas para el empaquetado de la jornada del sábado.

«A nosotros, ser parte activa de la organización nos hace sentirnos más palentinos todavía. Ver la enorme repercusión del trabajo en el que tanto se esfuerzan los usuarios y las familias es muy gratificante», subraya Mota, quien equipara esta jornada a la de la Marcha de Aspanis, que tendrá lugar este año el próximo 4 de mayo apadrinada por la familia Margareto. 

Un trabajo que no se ve, pero sin el que la pedrea del barrio del Cristo no sería posible tal y como se conoce en la actualidad, y cuyo resultado no se desvelará hasta hoy a las 13 horas. La recompensa a este esfuerzo, la satisfacción de quienes se hacen con una de las bolsas elaboradas con mimo en Fundación Personas. Un aperitivo que no solo tienta el paladar, sino que avanza hacia la inclusión.