«Mi obra bebe del cine de Tarantino y de los hermanos Coen»

Pablo Torres
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El autor madrileño Marto Pariente presenta hoy, a las 19 horas, su última novela en la librería Ateneo, 'Hierro viejo'. El escritor estará acompañado por el colaborador de 'DP' Jesús Mateo Pinilla

El autor Marto Pariente - Foto: DP

Coveiro es el nombre del protagonista de Hierro viejo, la última novela negra de Marto Pariente. Un sepultero de un pueblo llamado Balanegra que, tras una vida de maldad, deberá hacer frente a una última aventura para rescatar a su sobrino Marco, un niño con autismo secuestrado por ser testigo de algo que nunca debería haber visto.

Sobre esta premisa, este escritor madrileño construye la que es su última obra hasta la fecha, una combinación de los géneros negro y western, binomio que caracteriza su estilo narrativo. 

Marto Pariente comenzó su trayectoria literaria hace casi diez años, con una primera obra llamada Una bala para Riley. Desde entonces, ha sido aclamado por voces autorizadas en la literatura, como César Pérez  Gellida. 

Hierro viejo se define como una novela negra en clave western. ¿Cómo se conjugan ambos géneros?
Esta fue la idea desde que empecé a hacer la historia. La pregunta que me hice fue: ¿Será posible contar una vieja narrativa con los códigos actuales de la novela y el género negro? Eso es lo que he intentado con Hierro viejo

Cuento la historia de un personaje ambigüo y decadente, Coveiro, el enterrador de un pueblo que se encuentra en el ocaso de su vida. A partir de la desaparición de su sobrino enfoco el género western. En la narrativa, doy una última batalla a la vida del personaje por una buena causa, después de que hasta ahora haya sido malo. 

¿Cómo invitaría a un lector a adentrase en su novela?
Si ya es un lector de género negro se puede acercar perfectamente porque se va a encontrar lo que busca. Una de mis características es que, pese a tratar temas graves, las novelas tienen ciertos toques de humor. 

Estamos hablando de una trama criminal, con temas como las cloacas del Estado, antiguos sicarios o la vuelta a la acción del protagonista. Temas muy sobrios, pero, como en la vida, adornados con una pizca de humor. 

Dar ese enfoque humorístico a unos temas tan oscuros como los que describe debe ser difícil
No es que sea una novela de humor, sino que en determinados momentos se produce el denominado alivio cómico. Viene bien que, entre tanto drama, te saquen una sonrisa. Esto es algo que se trabaja muy bien en la televisión.

¿Por qué se decantó por la novela negra cuando comenzó su trayectoria literaria?
Uno construye su universo particular de todo aquello de lo que ha ido bebiendo. El cine ha hecho mucha mella en mí. También lo han hecho lecturas como Jim Thompson, Elmore Leonard o James Sallins.

Ha mencionado antes su inspiración en el cine. ¿En qué películas se fija para sus novelas?
Para esta obra en concreto me vi varias veces Sin perdón, de Clint Eastwood. También Dos hombres  y un destino o Centauros del desierto. Mi última novela bebe del western crepuscular. 

De forma más global, mi obra bebe del cine de Tarantino, de los hermanos Coen y de Guy Ritchie.

Su segunda novela, La cordura del idiota, consiguió multitud de reconocimientos. Eso es una buena señal
Una buena señal, pero también una responsabilidad. Es algo que te da cierto vértigo a la hora de afrontar las siguientes obras. 

Esa segunda obra me trajo muchas alegrías. De hecho, el pasado enero se tradujo al francés. 

El próximo año se cumplirá una década desde la publicación de su primer libro, Una bala para Riley. ¿Cómo percibe su evolución en estos 10 años?
Hasta cierto punto, con mejoras. Cuando releo mi primera novela lo hago con cierto pudor. ¿Cómo pude atreverme a semejantes cosas? No dejé un cliché por tocar, metí todo.

Vas aprendiendo a organizar los guiones y mejorar las tramas. Una bala para Riley la escribí con la pluma desde el primer capítulo hasta el último. 

Ya en la segunda me lo estructuré mejor, con un guion y un trabajo previo muy extenso. A nivel interno, me da más tranquilidad trabajar con herramientas para abordar la narrativa con más solvencia. 

Algunas voces autorizadas en la literatura como César Pérez Gellida auguran que su nombre va a sonar los próximos años
Que digan eso me honra. Estamos hablando de escritores grandes y consolidados. 

No obstante, este tipo de cosas hay que tomárselas con deportividad y seguir adelante.