La huella profunda del nuevo flamenco

J. Benito Iglesias
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El granadino Antonio Carmona, ex de Ketama, destiló tablas sobre el escenario y deleitó a su legión de seguidores en El Salón

La huella profunda del nuevo flamenco

La sangre gitana corre por sus venas y la dinastía familiar flamenca deja su sello en buena parte de su dilatado repertorio, con una estela de arte renovado que no deja indiferente a su legión de seguidores a través de letras muy cuidadas -y repetidas tantas veces a modo de himnos que pasan a la historia de la música-, en las que se invita al baile y a tocar las palmas como si de un tablao flamenco se tratara. El parque del Salón presentó anoche sus mejores galas y Antonio Carmona repartió parabienes musicales entre los palentinos que también extendió a gente de otros lares en un brillante concierto.

Con unos pasos de flamenquito y los brazos arriba acompasando,  el músico granadino, que tiene previsto sacar un nuevo disco este año tras mucho tiempo sin hacerlo, entonó su conocido Vengo venenoso. «Qué alegría que me han traído aquí a San Antolín. Qué buen paseíto por la ciudad viendo divertirse a la gente de esta tierra, que sabe acoger muy bien. Os quiero familia», espetó a continuación.

Antonio Carmona se acordó de su padre, Juan El Habichuela, «uno de los grandes de la guitarra que me dio el ser», y siguió con temas como Me encanta, me encanta y Para que tú no llores, tarareados por el público. Siempre con una amplia sonrisa -y presentando a su hija Lucía Fernanda en un tema a dúo- dio un amplio repaso a su brillante trayectoria musicial, con incidencia en su último trabajo Obras son amores (2017), un proyecto hecho entre Miami y Madrid, que contó con la colaboración de una gran variedad de músicos, sobre todo de la ciudad del sur de EEUU. Hubo, además, artistas como Alex Cuba, cubano ganador de varios Grammys  y con el cual Antonio pretende hacer algún concierto cuadno concluya  la gira de verano que lleva a cabo por varios puntos del país.

La huella profunda del nuevo flamencoLa huella profunda del nuevo flamencoTras el éxito de Ketama por espacio de 20 años, Antonio Carmona emprendió su carrera en solitario, en la que mucho tiempo después no ha dejado de cosechar parabienes de la crítica especializada desde el disco Vengo venenoso (2006), que preparó durante más de un año. 

Grabado en Los Ángeles con el productor argentino Gustavo Santaolalla (y los afamados cantantes de distintos estilos Juanes, Julieta Venegas, Molotov o Café Tacuba), contó además con colaboraciones de Alejandro Sanz. En total  diez canciones en las que plasma su limpio sonido instrumental.  Los dos  últimos  discos el cantante de Granada los materializó con un sonido muy americano. En el último dio un giro con músicos españoles, entre ellos su hermano y su primo, que conocen sus gustos para realizar los trabajos discográficos.