Paredes de Nava y Villarramiel, comparten ubicación geográfica en la comarca de Tierra de Campos y comparten también un poblema: la gestión de las aguas residuales que se generan en sus respectivos términos municipales.
Las dos localidades cuentan con las instalaciones necesarias para un correcto tratamiento, pero ambas padecen idéntica problemática:la dotación no funciona.
El camino paralelo que siguen desemboca en un mismo lugar, por ahora, Valladolid.
Paredes de Nava y Villarramiel mantienen desde hace meses contactos con la Junta de Castilla y León para lograr un acuerdo que permita financiar los gastos de funcionamiento de la instalación.
Sin ayuda económica consideran muy complicado, por no decir materialmente imposible, gestionar sus Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR).
Son conscientes de que el desembolso económico que se precisaría excede las posibilidades de las arcas municipales en unos momentos en los que no están para demasiadas florituras, se priorizan los proyectos al máximo y la imposición de nuevas tasas asociadas a estos servicios sería considerada impopular.
De ahí que sus gestiones se hayan dirigido a lograr un respaldo económico de la Administración Regional. Los contactos se han materializado en varias reuniones e incluso en la visita de técnicos a ambas localidades para matizar aspectos de la colaboración que debe facilitar la puesta en marcha de las depuradoras.
PAREDES. Hace casi una década, el Ayuntamiento de Paredes de Nava aprobó un expediente para la adquisición de una parcela de suelo rústico. Este terreno se utilizaría para instalar una depuradora de aguas residuales.
Nueve años después, con la instalación construida, los vecinos aún esperan poder beneficiarse de la nueva depuradora de aguas residuales que construyó la UTE Paredes de Nava -formada por las empresas Construcciones Presa Ibañez SL y Contragua SL- en la localidad y en la que la Junta de Castilla y León ha invertido 2.651.579 euros.
Paredes de Nava cuenta con una red de saneamiento de tipo unitario, sin separación de aguas pluviales y residuales y la red de alcantarillado municipal, además de las aguas residuales generadas por la población, recoge las producidas por las industrias ubicadas en el casco urbano. Todas estas aguas se vierten sin tratamiento previo (salvo uno muy somero del agua industrial) a dos arroyos próximos al núcleo: el Arroyo de los Judíos y el Arroyo del Garbanzo. Aunque la Ley atribuye a los Ayuntamientos la responsabilidad de ejecutar y explotar la infraestructura de abastecimiento y de saneamiento de los núcleos urbanos, la complejidad técnica y el elevado coste de este tipo de inversiones hacen precisa la colaboración de la Junta de Castilla y León a través de la Consejería de Medio Ambiente.
Dentro de las actuaciones de la Junta que se enmarcan en la política regional de prestación de ayuda técnica y económica a las Corporaciones Locales se incluyen subvenciones para la realización de proyectos de infraestructuras hidráulicas con el objetivo de que dispongan del agua necesaria y con calidad óptima.
Paredes y Villarramiel esperan ahora otro empujón, el económico, para el mantenimiento de esas dotaciones ahora infrautilizadas.