No les desvelaremos nada nuevo al afirmar que la Villa Romana La Olmeda de Pedrosa de la Vega es uno de los lugares más emblemáticos de nuestra provincia. Un yacimiento milenario que no deja indiferente a quienes se adentran en la historia de los primeros moradores que habitaron en nuestra tierra varios siglos atrás. La grandiosidad de sus mosaicos, el excelente estado de conservación de sus dependencias y la magnífica cubierta que cobija a buen recaudo estos restos de origen romano son un buen reclamo para turistas, pero también para expertos en patrimonio que no dudan en viajar hasta Palencia para comprobar en primera persona las virtudes del recinto.
Ángel Morillas, miembro del Consejo Mundial de Monumentos y Lugares de la Unesco, ha sido la última visita ilustre que ha recibido la villa. Ya de regreso a su residencia de Barcelona habla maravillas de un yacimiento que no conocía anteriormente pero que le ha dejado con un inmejorable sabor de boca. «La Olmeda me ha sorprendido gratamente. La conservación de sus restos es fantástica y su entorno, inmejorable», señaló este experto que tan solo tiene buenas palabras para los vestigios que ha analizado en profundidad durante su estancia en territorio palentino.
Y es que, Morillas llegó a Palencia con un objetivo claro: estudiar la posibilidad de que la VRO fuese declarada Patrimonio de la Humanidad en un futuro próximo. Una distinción de calado internacional que posicionaría a la provincia en un lugar privilegiado dentro de España y Europa, afianzando en el mapa turístico una de nuestras señas de identidad, La Olmeda.
Morillas aseguró que todo lo que sintió, percibió y vio en Pedrosa de la Vega «me fascinó». Su aprobación y buena disposición no implican su declaración inminente, o que sea reconocida como tal algún día, sino que abre las puertas a un camino que no será fácil, «pero tampoco demasiado complicado, porque La Olmeda tiene muchos puntos a su favor ya que, junto a su indiscutible riqueza patrimonial, cuenta con un gran aparcamiento y un edificio exterior muy vanguardista que da al inmueble un carácter mucho más innovador y le hace ganar puntos», explicó el consejero de la Unesco.
Sus mosaicos son el sustento fundamental de esta posible declaración. «Se trata de creaciones de inspiración africana elaborados, seguramente, por artesanos muy experimentados que dominaban el arte de la policromía, algo muy difícil de observar en emplazamientos de este tipo», apuntó.
Son precisamente estas pequeñas teselas que han sobrevivido desde los tiempos del Imperio Romano hasta nuestros días las que demuestran a ojos de los expertos la importancia que debió tener la villa hace cientos de años gracias a la producción agrícola y ganadera como principales fuentes de ingresos de los adinerados dueños del inmueble.
«La época de la que data este conjunto arqueológico (siglo IVdespués de Cristo) eran unos años de locura en la antigua Roma. El hecho de que existan edificaciones tan importantes como ésta demuestran que había un Gobierno muy bien consolidado en la zona y con un poder económico notable», añadió.
Si finalmente La Olmeda es reconocida como Patrimonio de la Humanidad, el yacimiento se uniría a la lista de 1.007 lugares que tiene recogidos actualmente esta institución internacional que depende de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Sin embargo, hay un gran handicap, España tiene ya 44 monumentos declarados, situando a nuestro país en el tercer puesto a nivel mundial con más reconocimientos, tan solo por detrás de Italia (50) y China (47). «Esto hace que haya alguna reticencia más notoria a la hora de ser catalogada como tal, pero en ningún caso imposible», apostilló Morillas.
Asimismo, valoró muy positivamente el hecho de que La Olmeda sea un yacimiento en constante evolución. El recinto tiene capacidad para celebrar congresos, proyectar películas o poner en marcha representaciones teatrales en su patio interior, amén de desarrollar una importante tarea divulgativa en colegios e institutos de toda la Comunidad Autónoma para su difusión. «Un auténtico lujo que no está al alcance de todos», precisó.
UNA GRAN DESCONOCIDA. Si la catedral de la capital es denominada por muchos como La bella desconocida, la provincia, lamentablemente, no lo es menos. Esto es debido a la situación geográfica en la que nos encontramos, rodeados de ciudades de mayor tamaño y tradición turística como Burgos, León o Valladolid que hacen sombra, o al menos lo intentan, al vasto patrimonio palentino.
«Esta contradicción se da mucho en las ferias de turismo que se suceden a lo largo del año por todo el país. Fuera de Castilla y León, como no pidas información concreta sobre esta provincia o te intereses por ella, parece que los promotores la dejan en un segundo plano y la verdad es que la gran cantidad de monumentos y lugares significativos que tenéis es enorme», formuló Morillas.
Para aquellos que se dejan sorprender por Palencia pueden llegar hasta lugares de ensueño, pequeñas localidades con impresionantes iglesias como son el caso de Támara de Campos o Moarves de Ojeda, paisajes dignos de película en la zona de la Montaña y llanuras para perderse.
«Estos espacios podrían duplicar, e incluso triplicar, el número de turistas si La Olmeda fuese reconocida como Patrimonio de la Humanidad, por lo que toda la provincia debe remar en la misma dirección», concretó el barcelonés.
PASOS A SEGUIR. La vía a partir de ahora ha de ser la del consenso. Un pacto que debe partir de los grupos políticos con representación en los Ayuntamientos de Palencia, la Diputación Provincial y la Junta de Castilla y León.
El siguiente paso será redactar un dossier sobre la candidatura del complejo museístico que se enviará a Madrid y de ahí, una vez recibido el visto bueno por parte de los representantes españoles, será remitido a París, donde se encuentra la sede de Patrimonio de la Unesco. Si todo sale bien, en la capital gala se dará luz verde al proceso y comenzarán todos los trámites que pueden dilatarse en el tiempo hasta cuatro años.
«Es un camino muy largo, pero que si se consigue será un gran mérito de todos los palentinos» enfatizó el consejero. De forma paralela, reconoció que, de no conseguir la declaración, «todo la promoción que se habrá hecho durante los próximos años será muy positiva para el yacimiento y para su puesta en valor».
De decantarse por esta opción, la maquinaria institucional, social y política echará a andar en los próximos meses con un objetivo claro: posicionar a nuestra provincia en el lugar que se merece y dar a conocer al resto del mundo nuestro valioso, variado e importante patrimonio.