PASIONES El vino, la gastronomía y el baloncesto son los ejes en torno a los que se ha movido mi vida. ¡Y mis sobrinas! El baloncesto especialmente ligado a Palencia, donde lo viví con intensidad. Viajar con mi mujer para conocer ciudades pateándolas, cocinar, ver partidos de baloncesto, asistir al teatro y escribir cada semana El Hecho Gastronómico, son mis actividades de ocio preferidas.
TRAYECTORIA Diplomado en Turismo, entrenador de baloncesto de formación y con más de 20 años ligado profesionalmente al mundo del vino. Trabajó varios años en las tiendas del duty free del aeropuerto de Barajas, fue maître y sumiller y/o responsable de alimentos y bebidas en importantes hoteles y restaurantes españoles, comprador de vinos y wine concept en Makro España. Desde hace 9 años, ejerce como sumiller del equipo comercial de las bodegas González Byass.
1. Barrio Ave María y Casas de la Renfe. «Los barrios en los que me crié y en los que vivieron mis abuelos. Mis recuerdos de niñez desde los 6 años son las Casas de la Renfe (pero con el color rojo que tenían antes sus fachadas) y el barrio Ave María, donde vivía y donde crecí. Podría ampliar a San Juanillo, pues terminé la EGB en el colegio Santa Clara de Asís».
2. Pabellones de deportes. «Fundamentalmente de la capital palentina. El Campo de la Juventud, Campos Góticos y la Escuela Castilla fueron los lugares donde más tiempo pasé, un poco como jugador y mucho como entrenador del Castilla, Juventud y Club Baloncesto Palencia.Son los sitios de los que guardo mis mejores recuerdos de adolescencia y juventud. En ellos conocí a gran parte de mis amistades, de un círculo que no se cerrará hasta que el incombustible Jaime se retire a los 60 o 70 años».
3. El Cerrato. «Mis orígenes provienen de Herrera de Valdecañas, por parte de mis abuelos maternos, y de Quintana del Puente, por parte de padre, así que mis genes son 100% cerrateños».
4. El Laberinto/El Miguelín. «Mis bares favoritos, donde más salíamos. Los recuerdos del Laberinto con Ana detrás de la barra, la música de Siniestro Total y Extremoduro, los cachis de kalimotxo y los mejores amigos del instituto: Kiko, Alberto, Carlos, Chico, Paco, David, Luis… Y el Miguelín para desayunar los domingos a las 7 de la mañana nuestros porrones de leche».
5. Frómista y Villalcázar de Sirga. «Siempre me fascinó el contraste tan cercano entre el primer Románico, representado por San Martín de Frómista, y el primer Gótico de Santa María la Blanca de Villasirga. Muchas veces he llevado a gente de fuera de Palencia a visitarlos, con remate gastronómico a base de sopa castellana, morcilla y lechazo en el Mesón de Villasirga, o, si es posible, con un gran homenaje hedonista en la hostería Los Palmeros de Frómista».
6. Ruta de los Pantanos. «Los campamentos de navidades que organizábamos desde el Club Baloncesto Unión Castilla en Arbejal fueron inolvidables. El entorno de Cervera de Pisuerga y la arquitectura de sus casas, las largas caminatas con los grupos de niños por la montaña, los embalses de Requejada y Ruesga o descubrir pueblos como Polentinos en cuyo bar hasta las coca-colas estaban caducadas en alguna ocasión».
7. San Juan de Baños/Tariego de Cerrato. «Otros de los lugares a los que he traído recurrentemente a visitantes de fuera de Palencia. La visión de la ermita visigótica, tan pequeña, tan coqueta, con tanta historia… bajar a ver la Fuente de Recesvinto y de allí ir a Tariego para comer en el desgraciadamente cerrado Mesón La Cueva, o en alguna ocasión en el Mesón del Cerrato, conforman una de las medias jornadas imprescindibles, en mi opinión, para quienes se acerquen a Palencia por primera vez».
8. Cristo del Otero/Monte El Viejo. «Los dos lugares desde los que tendremos las mejores vistas de Palencia. Por un lado, el imponente Cristo, con la ermita donde descansa Victorio Macho, las historias del pan y el quesillo, y el barrio en el que acudí al instituto y de mi sobrina Ainara. Y, por otro, el monte especial para mí por los muchos recuerdos de las subidas en bici o andando para, una vez allí, completar los circuitos, jugar al tenis o al baloncesto, hacer una barbacoa o pasar el día en la pisc ina».
9. Villamuriel. «Este es el barrio de mis sobrinas Irene y Lidia, y allí juegan al baloncesto, en aquel equipo en el que jugaban muchos amigos (algunos que fueron compañeros y otros a los que yo entrené), un pupurrí de jugadores procedentes del Palencia, de Maristas, del Castilla o del Juventud y que, desde aquel ascenso a tercera división, hay que ver cuánto ha crecido gracias a la implicación de personas como Óscar Gómez y tantos otros».
10. Los restaurantes y sumilleres palentinos. «Siempre intentaré aportar mi granito de arena apoyando a nuestros hosteleros y sumilleres, con los que colaboro haciendo formaciones. Tengo claro que mis próximas paradas cuando suba a ver a la familia serán en dos sitios en los que aún no he comido: Terra, en Palencia, y Casa Carmelo, en Saldaña».