Hace un año se ponía la primera piedra de la Agrupación Europea de Cooperación Territorial (AECT) Interpal-Medio Tejo que impulsaba la Diputación y la Comunidade Intermunicipal de Medio Tejo en Portugal.
Su objetivo, impulsar proyectos de cooperación en distintos ámbitos: agricultura, medio ambiente y espacios naturales, cultura, turismo y patrimonio, políticas sociales y empleo e innovación y empresa.
Transcurrido un año, el proyecto ha tenido escaso recorrido a ojos de la opinión pública.
A la firma del protocolo de colaboración, en mayo del pasado 2015, le siguió en octubre de ese mismo año la aprobación del Convenio de Constitución y Estatutos de la AECT, una vez que la Secretaría de Estado de Administraciones Públicas dio la autorización preceptiva, previa inclusión de algunas modificaciones en el texto original.
Desde entonces, nada se ha vuelto a saber de la iniciativa basada en la multifuncionalidad de cada territorio.
Interpal debe establecer, una vez que adquiera velocidad de crucero, relaciones mutuas de cooperación entre los territorios sobre los que tienen competencias la Diputación palentina y la Comunidade Intermunicipal de Medio Tejo en Portugal.
Hasta que eso ocurra, Interpal es un conjunto de ideas, plasmadas en un documento que aspira a obtener financiación europea.
El invento forma parte de lo que se conoce administrativamente como Agrupaciones Europeas de Cooperación Territorial.-
Estas sirven como instrumento de cooperación a escala comunitaria para superar los obstáculos que dificultan la cooperación transfronteriza.
A priori deben permitir que las agrupaciones cooperativas puedan poner en marcha proyectos de cooperación territorial cofinanciados por la Comunidad o llevar a cabo actividades de cooperación territorial por iniciativa de los Estados miembros.