Su lema es Arco y Aroma, lo primero por su excelente patrimonio y lo segundo por su famosa industria agroalimentaria, pero si hay un título que a los vecinos de Aguilar de Campoo les gusta que se diga de su villa, además del pueblo de las galletas, es el de capital del Románico.
La comarca norteña cuenta con uno de los mejores conjuntos, y con mayor concentración, de iglesias medievales de toda Europa, por el que velan desde hace años varias administraciones, además del Obispado y también la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico, presidida por José María Pérez, Peridis, que sin duda ha sido uno de los grandes difusores del Rómanico, y sobre todo del que hay en el norte de Palencia.
Un atractivo para muchas personas, tal y como se demuestra año tras año con los cursos y seminarios que la entidad organiza y que atraen a centenares de personas
Interés que también ha llegado a las redes sociales, donde se ha creado una gran red patrimonial, pues son muchos los grupos que muestran su interés en esta corriente artística en Facebook. Ese es el caso de Castilla y León Románica , que nacía hace un año de la mano de Juan Jesús Conejero y Cristina Párbole, entre otros.
En la actualidad su perfil cuenta con más de 3.500 seguidores, no sólo de la provincia y la región, sino de toda la geografía nacional.
«La primera vez nos reunimos en Segovia y nos conocimos cuarenta de los miembros del grupo», señala la joven historiadora Cristina Párbole, natural de Vallespinoso de Aguilar donde existe uno de los templos más bellos y singulares de la zona.
Precisamente uno de los objetivos del grupo es la difusión del Románico de nuestra región por lo que su segunda salida la realizaron hace unos días y su destino fue la comarca aguilarense. Hasta la villa galletera se desplazaron cerca de sesenta personas para conocer el patrimonio del Románico Norte. «Disfrutamos de una ruta e incluso más de cuarenta personas se quedaron a dormir en Aguilar, también comimos en varios restaurantes de la villa para que la gente disfrutase de nuestra gastronomía. Había personas de Asturias, Zaragoza, Teruel, Madrid, Burgos, Valladolid, Salamanca e incluso Canarias, y varios palentinos», indica Párbole.
La historiadora fue la encargada de guiar a sus amigos de la red patrimonial por todas las iglesias que visitaron. «Alquilamos un autobús y como la mayoría de gente quería hacer fotografías en los templos, pues en los trayectos les daba las explicaciones», concreta.
En su ruta recorrieron las ermitas y monasterios de: Olleros, Mave, Pozancos, Gama, Cabria, Cezura, Barrio de Santa María, Vallespinoso, Villavega, Revilla de Santullán, Cillamayor, y la villa galletera donde realizaron incluso una visita guiada nocturna por el Museo ROM. Además, se desplazaron también a iglesias de la antigua Merindad de Campoo, que hoy están ubicadas en territorio cántabro, como son las de Retortillo, Villacantid, Bolmir y Cervatos.
Una experiencia inolvidable y de la que asegura «se han ido encantados, sobre todo por la amabilidad de la gente. La mayoría no conocía la zona y les ha sorprendido y gustado mucho».